Pensamientos y reflexiones. Todo vale… Por Ángel Luis Jiménez

TCAM-OPINIÓN

“No es país para viejos” es el título de una película de los hermanos Coen que interpretaba Javier Barden. Por supuesto, la película transcurre en EEUU y no en España. Sin embargo, nuestro país si es para viejos, gracias al sistema público sanitario español, uno de los mejores del mundo.

La vida para todos los ciudadanos españoles -viejos y jóvenes, niños y ancianos- es mucho más fácil sabiendo que, si nos caemos en la calle, tenemos una enfermedad leve o grave y un accidente de cualquier tipo, hay unos servicios sanitarios -ambulatorios, urgencias y hospitales- que se ocuparan de nosotros.

Ahora estos derechos reconocidos en nuestra Constitución están en peligro con los recortes y privatizaciones que pretende hacer en la sanidad pública el Gobierno de Rajoy. En estos días, los profesionales de la sanidad preocupados e indignados por ese futuro incierto de la sanidad se han manifestado por las calles de Madrid. Incluso han bailado con coreografía la canción “Think” de Aretha Franklin, que es un canto a la libertad.

Me figuro que habrán podido leer las barbaridades, que por este tipo de manifestación, ha hecho la derecha cavernaria de los profesionales de la bata blanca. Ni el Gobierno ni sus acólitos han sabido ver -no ven, ni escuchan, ni explican- la forma visual y pacifica que han adoptado los profesionales de la sanidad para hacer eficaz su protesta.

Además, no saben que lo único que no nos pueden quitar estos malvados es la alegría y la dignidad. Posiblemente su cabreo estaba motivado por la eficacia y contundencia de las movilizaciones. Eso es lo que les ha molestado realmente, y no el que como dicen haya sido poco seria. La paradoja es que a este Gobierno la seriedad le importa poco, porque se burla de cosas tan serias como el trabajo, la educación y la sanidad, y sin embargo se toma muy en serio otras que no lo son tantos como el dinero de los bancos y sus intereses. Y sobre todo, lo que no admiten, es que en defensa de un derecho tan importante como la calidad y la universalidad de la sanidad pública, profesionales y enfermos hayan  dicho y mostrado que todo vale.

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