Hoy 24 de enero, en el Día de la Educación, UNICEF España recuerda que la escuela se enfrenta al reto de incorporar la tecnología en la educación de manera que los alumnos se puedan desenvolver con solvencia y responsabilidad en el mundo digital, mientas se posibilitan las condiciones para ello; en este contexto, ante los debates sobre la presencia o no de los teléfonos móviles en las aulas, “parece razonable elaborar algún tipo de regulación que permita que todos los derechos de la infancia estén cuidados y protegidos en el ámbito escolar; y no solo la educación, sino también la participación, la protección y la convivencia se manifiestan como objetivos que habrá que equilibrar para conseguir un consenso que permita incorporar de forma natural estos avances tecnológicos”. Son palabras de Nacho Guadix, responsable de Educación y Derechos Digitales de UNICEF España.
Esta posible regulación, para la que es necesario contar con la opinión de los propios chicos y chicas, debería permitir el pleno ejercicio del derecho a la educación, en el sentido de llevar a cada alumno al máximo del desarrollo de sus capacidades; el desarrollo de las competencias digitales que les posibiliten participar y desenvolverse en una sociedad digitalizada de forma responsable; y la atención de las necesidades de compensación que la escuela ofrece al alumnado vulnerable también en el ámbito digital, especialmente en la llamada brecha de acompañamiento.
La presencia de la tecnología digital es una realidad y, si bien la utilización excesiva o inadecuada de dispositivos como el teléfono móvil puede llevar a falta de sueño, continuación del acoso y del ciberacoso, consumo de contenidos inadecuados o prácticas de riesgo, “cabe recordar que la mayor parte de tiempo de uso sucede fuera de la escuela”, recuerda Guadix.
UNICEF España recuerda que los docentes necesitan un marco claro para abordar esta situación, y los centros educativos deben contar con los recursos y conocimientos necesarios para avanzar en la educación en una sociedad digital. Por ello, para poner en marcha los mecanismos necesarios que garanticen un acceso a un entorno digital protector, como se recoge ya en nuestra legislación, se deben alcanzar consensos y contar con el entorno protector de la infancia en su conjunto (familias, educadores, alumnado, instituciones y la industria que provee los servicios y contenidos).
Desde UNICEF España se va a dar seguimiento a las leyes recientemente anunciadas, que “solo serán útiles si son capaces de contar con ese consenso, incluida la opinión de niños y niñas, un sincero grado de cooperación interadministrativa y de los recursos necesarios para su despliegue”, concluye Guadix.