Más de 800 personas han firmado ya la iniciativa en change.org que busca paralizar el proyecto del chef José Andrés en la icónica playa de Bolonia (Tarifa) . Aquí tiene el argumentario de la iniciativa y un enlace.
El chef José Andrés , Domingo Estepa, dueño de Rolwind Renovables, con su filial inmobiliaria Altanea, especializada en el desarrollo de suelos, e importantes empresarios como Jon Riberas, dueño de Corporación Gestamp, que participa a través de su family office Ion Ion, y el empresario Manuel Vázquez Gavira, histórico presidente de Asaja Cádiz y un referente en el mundo agrario de la provincia, han registrado recientemente la compra de 190 hectáreas de terreno en un paraje llamado el Lentiscal en la playa de Bolonia, Cádiz.
Pretenden construir, en la que es la última playa virgen de Cádiz, y para muchos una de las mejores playas del mundo, agregándole el adjetivo “SOSTENIBILE”, un glamping 5 estrellas (complejo turístico de lujo), un restaurante y más construcciones. No en vano la empresa Altanea es, según su página web, una compañía “especializada en la transformación de suelo”.
Los nuevos dueños del paraje utilizan la palabra “SOSTENIBILIDAD”, pero este terreno tiene un altísimo nivel de protección que impide cualquier desarrollo urbanístico.
El terreno que han comprado y registrado está calificado como rústico. Para empezar este proceso de urbanización se tendría que cambiar su calificación.
Pero los terrenos se encuentran en un área tríplemente protegida por la normativa del Parque Natural del Estrecho, por la Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo y por la Red Natura 2000 de la UE, como Zona de Especial Conservación (ZEC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).
Tanto el Tribunal Supremo como el Tribunal Constitucional han dictaminado que todos los terrenos incluidos en la Red Natura 2000 tienen que protegerse como suelos no urbanizables de especial protección.
Esta operación perpetuaría un modelo de explotación de recursos que debería haberse superado hace décadas. Este tipo de desarrollo es INSOSTENIBLE, no solamente altera de manera profunda e irreversible el ecosistema sino que abre la puerta a más privatización y a la elitización de un espacio que es, por naturaleza, común.
Y sin embargo, los compradores tienen los suficientes recursos como para creer que pueden, más pronto o más tarde, hacer lo que han venido a hacer: vulnerar este espacio único. Y lo han dicho: no tienen prisa.
Por eso, los abajo firmantes pedimos a la Agencia Europea del Medio Ambiente, al Ministerio español de medio ambiente, a la Consejería de medio ambiente de la Junta de Andalucía y a la Concejalía de medio ambiente del Ayuntamiento de Tarifa, que no permitan que este proceso se lleve a cabo, y reclamamos a la Junta de Andalucía y al Ayuntamiento de Tarifa la expropiación de los terrenos para garantizar su protección efectiva y evitar su mercantilización.