La DANA “descomunal” que afectó principalmente a la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha dejó ya por lo menos 72 muertos, principalmente en la provincia de Valencia, y se convirtió en uno de los peores desastres naturales de la historia de España.
Solo dos fenómenos fueron más letales que el de este martes: las inundaciones de Biescas (Huesca) en 1996, con 87 fallecidos, y del Turia, en 1957, que dejó entre 80 y 100 muertos.
Hasta el momento, la depresión aislada en niveles altos (DANA), o “gota fría”, que está provocando innumerables daños en el este y sureste de España se cobró 72 vidas, según los últimos balances provisionales de los respectivos servicios de emergencia, mientras la zona comienza a volver a la normalidad tras el voraz paso del fenómeno.
Mar Gómez, meteoróloga de eltiempo.es, señaló al diario El Mundo que la tormenta que desató el desastre fue “absolutamente descomunal”. “Pocas veces he visto un sistema como el que se formó ayer”, señaló.
Explicó que se trató de una tormenta inusualmente estática, más común en otros países, como Estados Unidos, que en España, y señaló una serie de factores que alentaron su intensidad.
“En la situación que hemos vivido se une la localización estática de la DANA, el aporte de humedad del Mediterráneo con el viento de levante y las aguas aún cálidas del mar Mediterráneo. Todo ello combinado con la orografía y la planificación del territorio dan como resultado la situación dramática que hemos vivido”, dijo.
Una de las particularidades de esta tormenta fue el gran acumulado de agua en algunos sectores, como en el municipio de Chiva, donde llegaron a caer casi 500 milímetros de agua en ocho horas, lo que suele llover en un año, “por lo que hablamos de una torrencialidad muy destacada”, señaló Gómez.
La especialista señala que la DANA ya se anticipaba peligrosa porque “su ubicación, su profundidad y el aporte de gran contenido de agua precipitable favorecían el elevado potencial de lluvias intensas”.
En el caso concreto de Valencia, la zona más afectada, “el establecimiento de un flujo de levante constante incidió sobre las sierras cercanas al litoral, aportando energía constante para el desarrollo de tormentas”, explicó. “Mientras esta situación se mantuvo estable, durante más de 12 horas, los núcleos tormentosos se desarrollaron de forma constante en la misma zona”.
En algunas zonas incluso se registraron tornados, según se vio en videos compartidos en las redes sociales. “Estas tormentas, además, adquirieron una elevada organización, siendo por lo menos un sistema convectivo de mesoescala, con tormentas supercelulares embebidas, que provocaron fuertes precipitaciones muy persistentes, además de algunos tornados”, señaló Gómez.
“Una singularidad es que, aunque tenemos un historial de lluvias muy fuertes, especialmente en el Mediterráneo, esta DANA ha provocado lluvias muy intensas también en el interior peninsular. Esto nos indica que ya no es únicamente el factor mediterráneo, y factores como el agua cálida lo que en esta época puede desencadenar episodios de lluvias muy intensos, puede haber otros factores en juego”, explicó al diario español.
En ese caso, señaló el experto, incluyó la temperatura del agua del mar, ya que en la costa de Valencia estaba entre un grado y dos por encima de la media en esta época del año. “No es una anomalía tan significativa como la de otros momentos del año, pero sin duda ha contribuido a que haya habido más lluvia”, afirma.
“Los modelos de predicción ya apuntaban a lluvias extremas en toda la zona de la Comunidad Valenciana, pero me ha sorprendido que se cebara en el interior de Valencia. Todavía no está a nuestro alcance anticipar lo que va a ocurrir a escala más local con muchas horas de antelación. Y ese es el reto, mejorar la predicción para poder avisar con más antelación”, señaló, sobre las críticas a las fallas en el sistema de alerta para la población.
Antecedentes
El desastre natural más letal en España fue la riada del camping de Biescas, en la provincia de Huesca, el 7 de agosto de 1996. Una crecida repentina del torrente de Arás arrasó el camping Las Nieves y dejó 87 muertos, además de 187 heridos.
Antes, una inundación de Valencia en 1957 anegó la ciudad y dejó al menos 81 muertos, miles de damnificados, además de cuantiosos daños materiales. De hecho, este suceso marcó el desarrollo de Valencia: llevó a cambiar en 1973 el cauce del río Turia con el fin de evitar que se repitiera una catástrofe de la misma magnitud.
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) dijo que la DANA de esta semana es la gota fría “más adversa” de lo que va de siglo en la Comunidad Valenciana, con un impacto y registros superiores a la de septiembre de 2019 y a la altura de los dos grandes temporales de los años ochenta, el de octubre de 1982, la pantanada de Tous que dejó al menos 30 muertos; y el de noviembre de 1987, con cuatro fallecidos.
Detrás de esta DANA se encuentra, por número de víctimas, la de Bilbao del 26 de agosto de 1983, cuando debido a un diluvio el río Nervión se desbordó, ahogando a 34 personas y arrasando el casco viejo bilbaíno así como las riberas de otros municipios limítrofes.
Asimismo, en 1957 perdieron la vida 34 personas en la isla de la Palma, en lo que se conoce como la “Tragedia del Llanito”, cuando un temporal recorrió el archipiélago canario y provocó lluvias torrenciales. El desbordamiento, además, destruyó multitud de casas y destruyó grandes hectáreas de cultivos.
En 1997, una inundación en Badajoz dejó 25 fallecidos y provocó numerosos daños. La riada del Tamarguillo de Sevilla en 1961 es recordada por la tragedia de la operación de rescate “Clave”, en la que una avioneta que acompañaba a una caravana de auxilio se enredó con unos cables de alta tensión y se precipitó contra una multitud, provocando la muerte de 20 personas y más de 100 heridos.