Un helicóptero de Endesa, dotados con la última tecnología y pilotos expertos, revisará por aire las líneas eléctricas de la provincia de Cádiz, en concreto, los más de 1.000 kilómetros de redes de alta y media tensión existentes en la provincia.
Esta revisión se ha iniciado en la zona de Algeciras, donde el helicóptero está revisando el entorno de las líneas eléctricas de media tensión que discurren por la costa y donde la orografía del terreno no permite la revisión a pie, haciendo especial énfasis en el entorno de Tarifa, donde la población se duplica en periodo estival, ha indicado en una nota Endesa.
Ya en julio empezará la revisión de las líneas de alta tensión hasta completar los 1.104 kilómetros de líneas revisadas en 2024 en la provincia gaditana.
Estas revisiones en helicóptero forman parte de la campaña de verano de Endesa, que prevé la inspección de infraestructuras, además de mejoras de la red y labores de poda selectiva con el objetivo de asegurar la continuidad de suministro y reducir el riesgo de incendios, especialmente en un año en el que la sequía que sufren algunas zonas de España requiere extremar las medidas de protección.
En total en Andalucía se revisarán en helicóptero 10.676 kilómetros de líneas de alta y media tensión, es decir, la distancia entre España y Hawai.
Todas estas medidas suponen una inversión de 2,5 millones de euros en la provincia de Cádiz, mientras que en Andalucía la inversión total será de 26 millones de euros.
Dentro de los programas de mantenimiento, la compañía realiza inspecciones con helicópteros equipados con cámaras termográficas y de alta definición que permiten la inspección al detalle de las infraestructuras y del entorno que las rodea. La información recibida se procesa aplicando técnicas de ‘machine learning’ o ‘deep learning’ y pasa a formar parte de una gran base de datos que permite ver cuáles son los problemas más habituales.
La termografía consiste en sobrevolar las líneas eléctricas con un helicóptero dotado de una cámara de rayos infrarrojos, que graba el cable y detecta si hay algún punto caliente, con una temperatura superior a la del propio cable, es decir, con riesgo de sobrecalentarse, algo imposible de detectar a simple vista y que puede indicar un mal funcionamiento del cableado.
En el caso de detectar alguna anomalía, como las coordenadas del “punto caliente” quedan registradas, automáticamente se activa el mecanismo para arreglarlo de forma rápida. Este mantenimiento predictivo y preventivo de las instalaciones de la compañía permite evitar posibles incidencias y futuras averías.
Las revisiones termográficas no solo se realizan con helicóptero, sino que también se complementan con revisiones oculares aéreas a pie de línea.
Otra labor clave, según Endesa, es el escaneo láser de las líneas aéreas de alta tensión con una combinación de tecnología GPS y sensores láser, llamada Lidar (Light Detection And Ranging).
Mediante este sistema se ha creado un fichero informático con una nube de puntos georeferenciados que permite medir cuáles son las distancias entre los cables y la vegetación, así como realizar estudios de crecimiento de la masa forestal que resultan útiles para planificar los trabajos de control de la vegetación.
La tecnología Lidar, que se utiliza también desde drones, resulta también útil para el mantenimiento preventivo de las instalaciones, al permitir la detección rápida de defectos en las infraestructuras.
CONTROL Y LIMPIEZA DE LA MASA VEGETAL
Una de las tareas esenciales en la campaña de verano de Endesa es la poda selectiva de la masa forestal que crece en torno a las líneas eléctricas, respetando el espacio estipulado por la administración entre las especies vegetales y los cables más cercanos. Son trabajos tanto en horizontal como vertical y se realizan siguiendo los criterios fijados por las administraciones y en colaboración con los agentes de cada zona.
Cada tres años, e-distribución contrata la actividad de tala y poda a diversas empresas, que realizan estos trabajos en los meses de otoño e invierno para que las líneas y su entorno estén listas para el verano, época en la que el riesgo de incendios aumenta.
La creación de corredores bajo las líneas eléctricas que actúan como cortafuegos naturales es una tarea “esencial” a la que se incorporan cada año nuevos elementos para facilitar los trabajos, como máquinas desbrozadora teledirigidas, cascos con multifunciones preventivas o un brazalete contra los golpes de calor que evalúa la temperatura, la humedad y las pulsaciones de quien lo lleva y la alerta ante una situación de riesgo para que detenga el trabajo de forma inmediata.
Los trabajos de poda selectiva en torno a las líneas de e-distribución emplean a más de 2.000 personas al año en toda España, en gran parte procedentes del entorno, con lo que contribuyen al desarrollo local. Además, se está trabajando en el diseño de una formación específica con la creación de un nuevo título de especialista en tala y poda de redes eléctricas con especial énfasis en los aspectos vinculados a la seguridad.