El pasado domingo falleció Luis Marquijano, pionero en la creación del movimiento asociativo contra la droga en la comarca y en España, aunque su labor fue más allá y su memoria debe quedar como ejemplo de la solidaridad humana. Fue además una persona con visión de futuro, cuyo pensamiento iba por delante de los demás. Fue un personaje de coraje y un valiente al que era difícil ver sin una sonrisa en su rostro.
Luis Marquijano nació en el Tánger español en marzo de 1932, su vida la desarrolló en Algeciras.
Se le recordará como un integrante de un grupo de ciudadanos que coinciden en el tiempo y en espacio para intentar cambiar la sociedad. Fue en las postrimerías de la década de los ochenta y en el Campo de Gibraltar cuando surgen las coordinadoras antidrogas en la comarca y en donde él está desde un principio.
Pero su posicionamiento a favor de una sociedad solidaria viene de antes. Ya en su juventud fue miembro destacado del Club de Los Leones y un colaborador en todas las causas humanitarias que se llevaban a cabo desde esta Sociedad. Comenzó su andadura por los años 70 en la Cruz Blanca, dedicándole su ayuda desinteresada a la tercera edad.
Marquijano inició su andadura en la lucha contra las drogodependencias, creando como socio fundador en compañía de Luis Aguinaga y Nicanor Calvo, entre otros, la Asociación ACCORD (Asociación Cívica contra la Droga), poniendo en funcionamiento una Casa de Acogida cerca de la Montera del Torero, en Los Barrios.
A finales de la década de los ochenta 80 fue otro de los artífices de la fundación de la Asociación ACAT (Asociación Comarcal de Ayuda al Toxicómano), creando un Centro Terapéutico en Castellar con terrenos cedidos por ese Ayuntamiento. Se trata de “El Manantial”, centro éste, pionero en el tratamiento y reinserción de drogodependientes en el Campo de Gibraltar.
Marquijano tenía la capacidad de compaginar esta lucha a favor del drogodependiente con la Cruz Roja y el Banco de Alimentos entre otros.
Ya en los noventa, junto a otras personas, caso de Miguel Alberto Díaz, Francisco Mena o José Chamizo, impulsa un movimiento asociativo que hasta ese momento no se conocía en la comarca y que desemboca en la creación de las coordinadoras antidroga. Marquijano, como ahora reconocen sus compañeros, fue una figura clave en el éxito de las coordinadoras y además un maestro a la hora de establecer estrategias ante el complejo problema de la drogadicción.
En 1991 participó en la fundación y aprobación de los Estatutos para la Federación Provincial de Coordinadoras, integrada por aquellos años por 30 asociaciones. Años más tardes, y tras conversaciones con la Congregación de los Hermanos Franciscanos, es artífice de la creación de la Casa de Encuentros denominada “Abril”, situada Benalup-Casas Viejas.
A la vez participa de manera activa en el movimiento vecinal de Algeciras, creando junto Manuel Pereña, la Asociación de Vecinos “El Embarcadero” en la barriada de “El Acebuchal”, donde vivió hasta su muerte.
Era un referente que eludió siempre el protagonismo, que cedía a otros. Ahora bien, era el primero en ponerse a trabajar y a dar la cara en momentos difíciles, enfrentándose a los narcos que en aquellos años campaban con total desfachatez por las calles.
Pero Marquijano ha sido ante todo un polifacético personaje que apostó por la solidaridad y el voluntariado. En 2005, recibió la Distinción de Honor por el Presidente Internacional del Club de Leones. Fue además un gran deportista, amante del piragüismo.
Marquijano tuvo la satisfacción de ver reconocido en vida sus méritos. Fue distinguido por la Policía Nacional con el “Distintivo Blanco”. La Junta de Andalucía premió su labor al frente del movimiento asociativo. La ciudad de Algeciras le homenajeó.
Su muerte no fue una sorpresa. Un infarto cerebral lo apartó antes de la lucha en la calle y sus familiares eran conscientes que su vida llegaba a su fin. Murió la pasada semana y con él España ha perdido a un gran hombre y un caballero.