Desde AGADEN-Ecologistas en Acción, queremos expresar nuestra profunda preocupación por la nefasta gestión de conservación en el valle del Cobre, en el Parque Natural de los Alcornocales en Algeciras.
En los últimos años, hemos observado un empeoramiento considerable en esta zona clasificada como de grado A. Este deterioro se debe principalmente al uso público excesivo y descontrolado de la zona, así como a los destrozos causados por la herbivoría en muchas especies vegetales, incluyendo helechos en peligro de extinción que se encuentran en la zona.
En las últimas semanas, hemos constatado una situación sumamente grave, con el ramoneo y pérdida de especies vulnerables y en peligro de extinción, como el Diplaziun Caudatum, Pteris incompleta y, especialmente, Culcita macrocarpa. Numerosos ejemplares de estos helechos han sido literalmente “comidos” por ganado doméstico y salvaje de la zona, un hecho que se repite cada verano.
Además, la población de Osmunda Regalis que ocupa el cauce del arroyo ha sido completamente ramoneada en un tramo de más de un kilómetro. No ha quedado ni un solo ejemplar de esta especie sin sufrir daños por herbivoría. Lo mismo ocurre con ejemplares jóvenes de árboles de ribera, especialmente alisos, acebos y avellanillos. Este problema representa una preocupación grave para la conservacion y supervivencia de la vegetación que cubre el cauce del arroyo.
Otro hecho preocupante que influye negativamente en la biodiversidad y el ecosistema de este enclave es la masificación y el continuo tránsito de senderistas que no respetan las zonas restringidas y pisotean los brotes jóvenes de estas especies, impidiendo su regeneración natural.
Ante esta situación, instamos a las autoridades competentes a implementar un programa de vigilancia y control que minimice los graves impactos que está sufriendo la zona. Además, consideramos necesario establecer contacto con el Ayuntamiento de Algeciras, como titular del Monte Comares y Majadal Alto, para controlar el ganado y establecer un límite diario de personas en las llamadas “pozas del cobre”, debido a la masificación de las mismas, donde podría ocurrir algún incidente o accidente, como incendios o caídas.