Las mismas fuentes han precisado que, de las cerca de 1.200 plazas que hay en España, la ocupación real rondaba entre las 700 y 800, ya que algunas se encontraban en obras (como es el caso del CIE de Barcelona) y otras se tenían que habilitar.
De este modo, ya están vacíos siete de los ocho centros de este tipo que operan en España después de que esta misma semana hayan sido trasladados los 22 migrantes que quedaban en el CIE de Murcia y los 10 que había en el de Valencia. Permanecen también vacíos los CIE de Barcelona, el de Tarifa (Cádiz), el de Hoya Fría en Santa Cruz de Tenerife (Canarias), el de Aluche (Madrid) y el de Barranco Seco, ubicado en Las Palmas de Gran Canaria.
Antes de la declaración el pasado 14 de marzo del Estado de Alarma, la ocupación de estos centros se situaba en el 59%. Desde entonces, se han estado liberando a los internos, bien por superar durante este periodo el máximo legal de estancia en estos centros (60 días), o bien, por la imposibilidad de retornarlos a sus países de origen.
Once días después de la declaración de alarma, la ocupación media se situaba en el 25,2%, es decir, un 60% menos que al inicio de decretarse. Ya el 3 de abril la ocupación de estos centros estaba entorno al 9%, y este pasado domingo era mucho menor, ya que permanecían internas apenas 34 personas.
Los CIE son unas instalaciones policiales de carácter no penitenciario diseñadas para poder ejecutar la expulsión del territorio nacional, que dependen del Ministerio del Interior.