Editorial: Trazar las líneas rojas del Campo de Gibraltar

IAM/EDITORIAL Sí, no es hora de eufemismos, hablamos de lo que hablamos, de darle un tajo al corazón de la comarca por un puñado de monedas, ¿estás ahí?

 

 

Estamos hablando de la herencia de tus hijos, de ser recordados como una generación que NO permitió que se capara nuestra tierra. El Campo de Gibraltar debe marcar sus líneas rojas. Ya es hora. No es una oportunidad, es una necesidad.Si permitimos que destruyan el 10 % del Parque Natural de Los Alcornocales seremos culpables de traición a nuestra tierra, a nuestros vecinos y lo que es peor, a nosotros mismos. 

 

Este medio fue el que dió la exclusiva de esta pretendida barbarie (lo sabían antes televisiones francesas que ningún medio español) y lo decimos claro a nuestra  audiencia, “vamos a tratar de movilizarte en este tema, nos mojamos aquí”, sólo te pedimos que leas, que te informes y decidas en consecuencia, pero tu tierra merece al menos eso, tu reflexión . Para aquella parte de nuestros 300.000 visitantes mensuales que estén de acuerdo con la venta de Los Alcornocales, nuestro  sincero  respeto, pero la dirección de este diario no comparte su punto de vista. En nuestra defensa le reproducimos una cita “La tierra no es un regalo de nuestros padres, sino la préstamo  de nuestros hijos”. 

 

 

“Medios” como Horasur o alminuto.es siquiera se han hecho eco de estas noticias, dejan claro lo que les importa nuestra tierra, ellos son de obedecer y aquí sólo tenemos un amo, la verdad., al margen de partidos y siglas, algo que demostramos día a día. Por eso somos valientes,  porque “la verdad no necesita  justificación para mostrarse” y es de recibo llamar a las cosas por su nombre….(a su elección) . Ellos sabrán…

 

La lucha “será a muerte” por la dignidad de nuestra tierra y no invitamos a nadie, se lo exigimos a todos en tu representación,  porque es  sencillamente eso lo que nos jugamos, el futuro de nuestra tierra, las tierras del Campo de Gibraltar con su fauna y flora, nos jugamos su alma ¿no es la nuestra? 

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