El estrecho de Gibraltar conecta el mar Mediterráneo con el océano Atlántico y separa el extremo sur de España del norte de África. Es un enclave único en el mundo que tiene 58 km de longitud y 13 km de ancho. Su privilegiada situación es un motor económico para todos los países con intereses en la zona: España, Marruecos y Reino Unido, a través de Gibraltar. Distintos negocios conviven en la zona: turismo, mercancías o reparaciones.
En el largo proceso de negociación del acuerdo que regulará la futura relación entre Gibraltar y la Unión Europea existen varios interrogantes que preocupan en el Campo de Gibraltar, entre ellos la posible competencia desleal que tendría para el Puerto de Algeciras la firma de un tratado que favorezca la entrada del Peñón en el espacio Schengen sin que tenga que asumir las mismas reglas de juego que se aplican en los puertos comunitarios.
De hecho, la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras (ABPA), bajo la presidencia de Gerardo Landaluce, remitió el pasado 21 de junio un carta al ministro de Asunto Exteriores de la Unión Europea, José Manuel Albares, en la que ponía el acento en las graves consecuencias que tendría para este puerto la aprobación de un tratado que no tuviese en cuenta las peculiaridades del Estrecho, según adelantó “Europa Sur” y ha confirmado “La Razón”.