En estos días se cumple un nuevo aniversario de la Batalla del Salado, uno de los episodios más trascendentales no solo para Tarifa, sino para la historia de España y de toda la península ibérica. Cada otoño, la memoria de aquella jornada del 30 de octubre de 1340 revive entre las murallas tarifeñas, recordando que fue aquí, entre el mar y el viento del Estrecho, donde se libró una de las grandes gestas de la Edad Media.
Tarifa fue escenario de un enfrentamiento decisivo entre las tropas cristianas —comandadas por Alfonso XI de Castilla y Alfonso IV de Portugal— y los ejércitos benimerines del norte de África, aliados con el reino nazarí de Granada. La victoria cristiana en el río Salado, a escasos kilómetros de la ciudad, detuvo definitivamente la expansión musulmana desde África hacia Europa y marcó un punto de inflexión en el avance de la Reconquista.

Aquella batalla, que reunió a más de 60.000 combatientes, tuvo una enorme trascendencia política y estratégica: aseguró el control cristiano sobre el Estrecho de Gibraltar y consolidó a Tarifa como enclave fundamental en la defensa del territorio peninsular. Muchos historiadores coinciden en señalar que, sin la victoria del Salado, la historia de la actual España —y del propio continente europeo— habría sido muy distinta.

Hoy, casi siete siglos después, Tarifa sigue rindiendo homenaje a ese momento histórico. Su principal avenida lleva el nombre de “Batalla del Salado”, un recordatorio cotidiano de aquel triunfo que selló el destino de dos mundos separados por apenas 14 kilómetros de mar.
La ciudad conserva aún el orgullo de haber sido protagonista de una gesta que unió reinos y cambió el rumbo de la historia. Entre sus calles, su castillo y su horizonte africano, Tarifa mantiene viva la memoria de aquel 30 de octubre de 1340, cuando el coraje y la estrategia decidieron no solo una batalla, sino el futuro de un país.
En palabras de un viejo cronista tarifeño:
“Aquí, donde el mar divide y la historia une, se forjó la frontera de lo que hoy llamamos España”.

La Batalla del Salado tuvo lugar el 30 de octubre de 1340, es decir, hace 685 años (en este 2025).
¿Dónde fue exactamente?
El enfrentamiento se desarrolló en los alrededores del río Salado, a unos 3 kilómetros al norte de Tarifa, en dirección a Facinas. Ese río —que da nombre a la batalla— discurre por una zona de colinas suaves entre el Parque Natural del Estrecho y la campiña tarifeña, en un punto estratégico que controlaba el acceso a la ciudad desde el interior.
Fue allí donde las tropas cristianas de Alfonso XI de Castilla y Alfonso IV de Portugal se enfrentaron al poderoso ejército benimerín llegado desde el norte de África, aliado con el reino nazarí de Granada. La batalla fue enorme, con decenas de miles de soldados en ambos bandos, y concluyó con una victoria decisiva cristiana que impidió el avance islámico y aseguró el control del Estrecho de Gibraltar.
DATOS A DESTACAR
Fecha: 30 de octubre de 1340
Lugar: Llanos y colinas junto al río Salado, a unos 3 km de Tarifa (Cádiz)
Enfrentamiento: Reino de Castilla y Portugal vs. Benimerines y nazaríes de Granada
Resultado: Victoria cristiana decisiva que marcó el destino histórico de la península ibérica.
La “vena guerrera” de Tarifa la lleva escrita en su escudo
Estote Fortes In Bello(Sed fuertes en la guerra)
En campo de gules (rojo), sobre ondas de azur (azul) y plata, un castillo, de oro, almenado y mazonado de sable (negro) y aclarado de gules (rojo), acompañado de tres llaves, una en cada flanco, guardas abajo, puestas en palo y, otra, en punta, sobre las ondas, resaltada, puesta en faja, de oro las tres.