IAM/Redacción El Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar ha presentado escritos ante las autoridades correspondientes para que quiten el nombre de Menéndez Tolosa a una plaza y un centro de salud de Algeciras y a un instituto de bachillerato de La Línea.
El foro basa esta petición en la Ley de Memoria Histórica, que establece medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura. El artículo 15 de esta norma dice que las administraciones públicas deben tomar las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, la guerra civil y la represión de la dictadura.
Uno de los escritos va dirigido al alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, al que se le pide que quite a la céntrica plaza donde está el ambulatorio el nombre de Menéndez Tolosa y lo cambie por otro que no ofenda a las víctimas del franquismo ni a sus familiares. El foro recuerda al alcalde que el pleno del Ayuntamiento de Algeciras aprobó el 26 de diciembre de 2008 una moción a favor de la memoria histórica en la que, entre otras cosas, se compromete a tomar las medidas oportunas para la retirada de escudos, placas, insignias y otros objetos que conmemoren o exalten la sublevación militar, la guerra o la dictadura.
El foro recuerda en su argumentación que Menéndez Tolosa es el nombre de un militar que participó en la conspiración de los que se sublevaron contra el Gobierno legítimo de la Segunda República española. Menéndez Tolosa comandaba la IV División de Navarra del ejército sedicioso que participó en numerosas batallas en el Norte y el Este de España donde aplicó la política de exterminio contra quienes se habían mantenido fieles al Gobierno democráticamente elegido por los españoles. Finalizada la guerra, Menéndez Tolosa se convirtió en uno de los jerarcas del franquismo: fue gobernador militar del Campo de Gibraltar entre 1957 y1959, y luego capitán general de las regiones militares de La Coruña y Burgos. Llegó a ser jefe de la Casa Militar de Franco y ministro del Ejército.
El foro recuerda también que Algeciras fue una de las ciudades que más rápido y con mayor brutalidad sintió los efectos del plan de exterminio que los militares sublevados pusieron en marcha contra sus oponentes políticos y sociales. Cuatro meses antes, el Frente Popular, sostén del Gobierno democrático, había recibido en esta ciudad el 84 por ciento de los votos emitidos en las elecciones generales celebradas el día 16 de febrero. Contra esa voluntad democrática de la mayoría de los algecireños se sublevaron los mandos y oficiales del Regimiento de Pavía y otros acuartelamientos militares. Al día siguiente los sublevados empiezan a fusilar a dirigentes del Frente Popular, como el alcalde Salvador Montesinos, o al comandante Joaquín Gutiérrez Garde, que se había mantenido fiel a su juramento de defensa del orden constitucional republicano. Los asesinatos de personas de izquierda y republicanos y los fusilamientos sin juicio previo siguieron durante todo el verano y el otoño y en pocos meses acabaron con la vida de más de 300 vecinos de Algeciras.
El foro ha dirigido sendos escritos a la consejera de Salud, María José Sánchez Rubio, y al consejero de Educación, Luciano Alonso, para que cambien también el nombre al ambulatorio de Algeciras y al instituto de La Línea.
En esta ciudad, el 19 de julio de 1936, tropas regulares sublevadas llegadas desde Algeciras dispararon contra una multitud de civiles desarmados que junto al cuartel de Ballesteros expresaban su apoyo a los militares que en este edificio habían mantenido su lealtad al Gobierno de la República. Los disparos causaron decenas de muertos, entre hombres, mujeres, ancianos y jóvenes. Ese mismo día, los sublevados apoyados por miembros de la Falange empezaron en La Línea los fusilamientos sin juicio previo que en el verano de 1936 se cobrarían la vida de unos trescientos vecinos de La Línea. Cinco meses antes, el 90 por ciento de los votantes linenses había dado su apoyo al Frente Popular.
El foro ha enviado copia de todos estos escritos al director general de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía, Luis Naranjo Cordobés, a quien piden que ejerza sus atribuciones para que las consejerías citadas y el Ayuntamiento de Algeciras cumplan la ley y cambien el nombre a la plaza, el instituto y el centro de salud. Esta iniciativa se enmarca en una campaña del foro que está elaborando un listado de calles, plazas, edificios y lugares e instituciones que, en el Campo de Gibraltar, aún conservan nombres de protagonistas de la represión franquista o colaboradores de la dictadura. Cuando esa lista esté terminada solicitaremos a las autoridades correspondientes su sustitución por otros más acordes a los tiempos democráticos en que vivimos. El mes pasado también pedimos al Ayuntamiento de Cortes que elimine el yugo y las flechas de la fuente de los Cuatro chorros.