Víctor Clavijo rememora en el pregón de la Feria su infancia y su juventud como un enferiado más

Clavijo ha demostrado en el parque María Cristina que domina las tablas y ha dejado patente que la fama no se le ha subido a la cabeza. Es un chico del pueblo que sabe transmitir emociones. Y lo ha logrado con su pregón, que no ha interpretado un actor, sino que lo ha transmitido una persona sencilla, el Víctor Clavijo que nació en Algeciras, que estudió en Algeciras y que se divirtió en la Feria de Algeciras.   Clavijo hizo uso de la anécdota para hacer un repaso por su propia historia en la Feria. Con humor rememoró episodios que son propiedad de todos los algecireños, como es pararse para comerse una hamburguesa en el tenderete de Tere y la Tartana.Sus primeros  flirteos  con las chicas, en la atracción del ET, como muchos más. Sus vivencias en las casetas, que clasificó según la siguiente tipología: la de socio, (a las que entraban socios y amigos); las casetas a la que entraba todo el mundo y por último las que estaban “las tías buenas” y que no eran siempre accesibles y en las que tenía que recurrir a las artimañas para que el portero de turno le permitiese acceder. Y en Feria, como no, el abuso de las bebidas etílicas, porque que algecireño no ha terminado algún que otro día con resaca.       

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