Una ecografia y un TAC lo detectaronNo fue hasta siete días después cuando el hospital le realizó una ecografía y un TAC y comprobó que en el interior del ojo tenía incrustado un cuerpo extraño metálico, lo que obligó a una nueva intervención el 25 de agosto para extraerlo, pero entonces la lesión del nervio óptico era ya irreversible y el paciente había perdido definitivamente la visión.La resolución del SAS accede a indemnizar al joven pues “no es posible descartar que el retraso diagnóstico del cuerpo extraño intraocular haya podido influir en el pronóstico visual del paciente”.Denuncia penal archivadaLa resolución, no obstante, recuerda que este caso fue objeto de una denuncia penal que quedó archivada porque el forense de los juzgados determinó que “la permanencia del cuerpo extraño no fue causa del resultado producido de desprendimiento de retina y alteración del nervio óptico”. Dicho resultado “se hubiera producido igualmente de haberse detectado y extraído” a tiempo aquel cuerpo extraño, según el forense.El SAS recoge en su resolución las estadísticas sobre los 72.000 españoles que sufren cada año un traumatismo ocular y precisa que el 40 por ciento de los que además tienen un cuerpo extraño sufren alguna pérdida de visión, aún cuando reciban “la mejor intervención médica y quirúrgica”.