El pequeño de once años de edad estába convulsionando con los ojos del revés y vomitando ante la mirada atónita de familiares, conocidos y vecinos de alrededores; Cuando de repente llegó un Guardia Civil de paisano fuera de servicio el cual de no haber sido por su rápida y eficiente actuación al evitar que el menor entrará en parada al morderse la lengua, llegó a poner su salud en riesgo hasta el punto de que este le mordió los dedos pero evitando así que la cosa fuese a peor, calmando a todos los de alrededor incluso besando en la frente al pequeño Óscar. Una vez personados policÍa local, policía nacional y servicios de ambulancias pudieron corroborar los hechos y el pequeño fue llevado con su madre al hospital para su posterior evolución.