Los dos últimos deenidos fueron, el 22 de septiembre, dos españoles cuya avioneta Piper se averió en la provincia de Taourit (noreste de Marruecos). La Gendarmería Real registró la zona en busca de droga, pero no la encontró y el piloto y su ayudante sólo han podido ser acusados por la fiscalía “de violación del espacio aéreo marroquí”.Desde mediados de 2008 ha detenido ya, según el Ministerio del Interior de Marruecos, cuatro españoles, un estadounidense y 35 marroquíes involucrados en narcovuelos. También ha incautado a siete aparatos, algunos ya calcinados para evitar dejar huellas.La creciente vigilancia de las fuerzas de seguridad sobre las aguas del Estrecho ha incitado a los narcotraficantes a buscar alternativas para el traslado de la droga. La vía área es más cara y sólo permite transportar varios centenares de kilos mientras que las lanchas rápidas cargan hasta cinco toneladas. Aún así está siendo explorada por los narcos.Los ministros de Interior marroquí, Chakib Benmoussa, y de Asuntos Exteriores, Taieb Fassi-Fihri, se pusieron en contacto, el 7 de octubre, con sus homólogos españoles, Alfredo Pérez Rubalcaba y Miguel Ángel Moratinos, para “llamar su atención sobre este fenómeno en fuerte crecimiento y sobre el peligro que representa para la seguridad de Marruecos y de España”, según informó la agencia de prensa oficial marroquí MAP. Subrayaron la necesidad de que ambos países desarrollen “una actuación enérgica para acabar con él”.En 2008 LAS FUERZAS DE SEGURIDAD SE PUDIERON MANOS A LA OBRAHace tiempo ya que las fuerzas de seguridad españolas se pusieron manos a la obra. Su primer tanto remonta a junio de 2008 cuando un helicóptero del servicio de vigilancia aduanera forzó a aterrizar, en un aeródromo de Sevilla, a una avioneta con 198 kilos de hachís a bordo. Su último éxito tuvo lugar hace diez días cuando la Guardia Civil desmanteló en Málaga una red que organizaba narcovuelos a Marruecos con un autogiro que despegaba de un aeródromo privado de la comarca de Axarquía. El aparato fue incautado junto con 130 kilos de hachís. Como sucede con las lanchas, las avionetas se deshacen de la “mercancía” cuando un helicóptero de la Guardia Civil o un avión del Ejército del Aire tratan de interceptarla. A dos jóvenes empleados de una empresa forestal que recorrían, el 6 de octubre, el Parque Nacional de Cabañeros (Ciudad Real) les cayó del cielo una mochila con 411 bellotas de hachís lanzada desde una avioneta que estaba siendo perseguida. Los jóvenes se debieron de imaginar que aquel bulto era como un billete de lotería algo más pesado. Intentaron vender esos cuatro kilos de droga que valen en el mercado unos 20.000 euros, pero su inexperiencia -carecían de antecedentes penales- hizo que se toparan con la policía que les detuvo en la calle Virgen de Fátima de Ciudad Real.