Los disturbios que se produjeron en La Línea de La Concepción para protestar por el traslado al municipio de 28 ancianos infectados de coronavirus fueron impulsados y protagonizados por varios vecinos relacionados con el narcotráfico y el contrabando de tabaco, según fuentes policiales.
En la puerta de la residencia, otros vecinos de La Línea de la Concepción, han colgado una pancarta en la que se lee “También sois nuestros abuelos”.
Con ella, de alguna forma, el pueblo pretende desligarse de la crueldad con la que un reducido grupo de unos 50 vecinos recibió el pasado martes a la caravana en la que eran trasladados los 28 ancianos, procedentes de una residencia de la localidad de Alcalá del Valle, a unos 125 kilómetros, en la que se produjo un grave foco de coronavirus.
Los disturbios provocados por un grupo de “indeseables”, en palabras del alcalde de la localidad, Juan Franco, fueron impulsados por personas relacionadas con el mundo del narcotráfico y del contrabando de tabaco de La Línea a través de las redes sociales, en las que difundieron vídeos y audios alentando a la gente a “liarla”, con “cocteles molotov” y ruedas.
Estos cinco detenidos han quedado ya en libertad con cargos de desórdenes públicos agravados por su difusión pública en redes sociales.
Los investigadores continúan las pesquisas para localizar a otros tres hombres que participaron en esta difusión de mensajes alentando a los vecinos a participar en los disturbios que se produjeron.
Además de cruzar un coche para tratar de paralizar la llegada de la caravana, unos cincuenta vecinos participaron en incidentes, como el lanzamiento de piedras, mientras la caravana, con un autobús y varias ambulancias, llegaba a la residencia de Tiempo Libre.
Por la noche y de madrugada se quemaron contenedores y se lanzaron artefactos incendiarios, en unos incidentes que se produjeron fundamentalmente en la barriada de La Atunara.
Algunas fuentes policiales creen que el estado de alarma y el confinamiento de la población ha afectado a las redes de tráfico de hachís y de contrabando de tabaco de la zona, que ven más dificultades para sus actividades ilícitas.
Pero el estado de alarma, según otras fuentes, no ha llevado a la paralización de las redes, por lo que tanto policía como guardia civil mantienen los dispositivos de vigilancia