Gibraltar registra una mejora considerable de la calidad del aire durante el confinamiento

Esto resulta evidente por todo Gibraltar, en referencia a los contaminantes examinados por ahora. En concreto se han registrado descensos de dióxido de nitrógeno (NO2), óxidos de nitrógeno totales (NOx) y partículas en suspensión (PM10 y PM2.5). Estos contaminantes se encuentran en las emisiones que produce el consumo de combustibles fósiles, como generación de electricidad y tráfico vial, marítimo o aéreo.

La mayor reducción se ha observado durante los días laborables, cuando el descenso del tráfico laboral es mayor que durante los fines de semana. Esto resulta evidente en todo el Peñón, incluyendo el área de Europort, Devil’s Tower Road, Gibdock y el Distrito Sur. La única excepción es que los valores de PM10 en Rosia Road parecen no haber registrado cambios significativos, a pesar de que los niveles de otros contaminantes en la misma zona han descendido. Esto podría indicar que el tráfico en Rosia Road, quizás de motocicletas, se mantiene en niveles similares.

Aparte de esto, los niveles han descendido. Por ejemplo, en Devil’s Tower Road los registros diarios muestran que la concentración media de las partículas más perjudiciales (PM2.5) no ha superado los 8µg por m3 desde el inicio del confinamiento, frente a un pico de 12µg por m3 en enero. Los gráficos adjuntos muestran resultados similares para todos los contaminantes en la mayoría de ubicaciones.

Esta mejora de la calidad del aire es muy probablemente un resultado directo de la reducción del tráfico,  y también puede haber contribuido la reducción en la construcción y reparación de embarcaciones. Además, seguramente se habrá producido una reducción en las zonas cercanas del otro lado de la Bahía, lo cual también podría haber influido en estos resultados.

El Ministro de Medio Ambiente, John Cortés, comentó, “Cabía esperar estos resultados. No hacen sino demostrar que el descenso del tráfico es actualmente la principal causa de reducción de la calidad del aire, lo cual debería empujarnos a redoblar los esfuerzos por lidiar con este problema cuando pase la crisis actual y volvamos a recuperar un nivel de normalidad revisado. El hecho de que una baja calidad del aire afecte a la salud respiratoria es especialmente significativo, puesto que esto resultará esencial para la salud en el futuro si el COVID-19 se vuelve un mal endémico. Por el momento, un consuelo de las dificultades que estamos atravesando es que estamos respirando un aire más limpio”.

 

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