El objetivo es evitar que durante el periodo de Semana Santa, en el que ya nos encontramos, se produzcan desplazamientos injustificados aprovechando las horas de madrugada, en las que se cree que la vigilancia es menor.
Además de los controles móviles que se instalan en todo tipo de vías, la Dirección General de Tráfico junto con la Dirección General de Carreteras establecieron 150 puntos fijos de control, donde los vehículos ligeros son parados para comprobar que el desplazamiento que se realiza es esencial.
Desde el comienzo del estado de alarma, la Dirección General de Tráfico y la Dirección General de la Guardia Civil han dado instrucciones a los agentes para que controlen de forma rigurosa el cumplimiento de las restricciones de circulación impuestas. Esta limitación de la circulación es una medida imprescindible para hacer frente a la situación de emergencia de salud pública ocasionada por el COVID-19 en la que nos encontramos.
Desde la declaración del estado de alarma, el comportamiento de la mayoría de los ciudadanos ante estas restricciones a la movilidad ha sido correcto y responsable. Tal y como se recogen en las intensidades diarias de tráfico, ayer se produjo un descenso de un 87% del tráfico de vehículos ligeros, aunque hay zonas en las que el porcentaje es algo menor, tal y como se muestra en el mapa