Para CSIF es lamentable que la administración siga sin dar directrices claras a los responsables de cada centro sanitario, de modo que hay unidades que llevan a cabo las pruebas por venopunción (los menos) y otras que lo hacen por digitopunción (muestra de sangre del dedo).
A esta central sindical le están llegando las quejas y testimonios de muchos profesionales, los cuales, ante la duda de unos resultados poco fiables, terminan por recurrir a laboratorios privados de la provincia para someterse a los tests y así garantizarse su propia salud y seguridad. CSIF considera que el SAS no puede permitir este extremo, que ya es vox populi dentro de los hospitales, y supondría una clara vulneración de los derechos de sus trabajadores en cuestiones de salud laboral. La empresa (el SAS) está obligada a velar por la seguridad de su plantilla, controlando a los que den positivo en Sars CoV-2, para evitar la propagación del virus entre el resto de compañeros, usuarios de los centros sanitarios y sus propios familiares.
Al mismo tiempo, a CSIF le resulta extraño que algunos responsables de unidades animen a su propio personal a recurrir a estos laboratorios privados, que tendrían que pagar de su propio bolsillo, cuando el SAS tiene la posibilidad de hacer los mismos tests de manera eficiente. El sector de Sanidad considera que no es el momento más adecuado para que se especule con la posibilidad de que el SAS permita esta práctica en beneficio de ciertas empresas privadas.
Para CSIF, el SAS está mostrando una actitud irresponsable al no querer seguir las instrucciones de los fabricantes de los tests, a sabiendas de que la digitopunción está dando resultados poco seguros, y a pesar de la exigencia de los profesionales y de este sindicato, que ya lo denunció públicamente el pasado 4 de mayo.
Se está poniendo en riesgo la salud de los profesionales y de los usuarios, que ya están bastante castigados por la falta de materiales de protección y el exceso de carga de trabajo desde que comenzó la crisis sanitaria.