IAM/Redacción Loving Pablo narra la vida de Pablo Escobar, el narcotraficante más poderoso que ha tenido Colombia, de manos de su amante Virginia Vallejo, presentadora de éxito del mismo país. Cualquier crítica debe contextualizarse mínimamente pero en ésta realmente esta explicación sobra. Pablo Escobar es un personaje muy conocido ya por todos y ver este último biopic no aporta nada que no sepamos de antemano.
El film de Fernando León de Aranoa llega un poquito tarde, lastrado por el éxito mundial de Netflix “Narcos”. Como pretexto para subirse al lucrativo carro televisivo y fílmico (recordemos también “Escobar: Paraíso Perdido” la ópera prima de Andrea Di Stefano protagonizada por Benicio del Toro, de 2014) Aranoa se justifica tratando el mismo tema, ahora desde el punto de vista de su amante.
Inspirada en “Amando a Pablo, odiando a Escobar” el libro biográfico con el que la presentadora se redime ante el mundo por su relación con este monstruoso individuo, la cinta pretende contar la versión más profunda y psicótica de Escobar pero quiebra en el discurso.
La voz en off del personaje de Virginia, interpretado dignamente por Penélope Cruz, que nos va narrando antes de que sucedan, todos los acontecimientos, hace que nos recuerde mucho a pelis tan míticas de gansters como “Uno de los nuestros”(Martin Scorsese, 1990) y ahí es donde nos damos cuenta de las horas que se habrá tirado el director viendo cine estadounidense de mafiosos. Pero no le quitemos mérito, Aranoa, siendo un cineasta español, consigue realmente realizar una película al más puro estilo yankee sin quedarse en la mediocridad de un quiero y no puedo de otros coetáneos nacionales que ya lo intentaron. Las escenas de acción son aterradoras y exquisitas y quizás es lo único nuevo que puede aportarse a esta trama tan trillada. Y vamos ahora al plato fuerte del menú, Javier Bardem. Otro Pablo, sí. Interpretación redonda la del actor, el narco en su estado más oscuro nos aleja de la visión un tanto más entrañable del referente que tuvimos en “Narcos” Bardem se recrea en la brutalidad espiritual del personaje y se siente como pez en el agua con esa caída de mirada y sonrisa burlona. Dos objeciones: maquillaje regularcito y nos da que también se sabe al dedillo el papel de Marlon Brando en “El Padrino” (Francis Ford Coppola, 1972) Quizás en “Loving Pablo” pretende representar la versión hispana del gran Vito Corleone.
Salvo los personajes de Virginia y Escobar, el resto de secundarios queda un tanto relegado al relleno de la historia perdiendo la relevancia que sí tuvieron en la realidad, como es el caso del agente de la DEA Steve Murphy plasmado en una aséptica interpretación de Peter Sarsgaard.
En definitiva, contar en apenas dos horas de metraje el periodo más convulsivo y relevante de la vida del narco es ardua tarea y el triángulo Aranoa, Cruz, Bardem sabe defenderla bien. No vamos a ver nada nuevo pero la película, hay que decirlo, entretiene.