Odio y mentiras; un camino a ninguna parte. Por José Hidalgo de Castro

El odio en las relaciones humanas es la consecuencia, o puede estar ocasionado, bien por la envidia en estado paranoico, o bien, por la ambición desmedida; en todo caso, quiebra toda posibilidad de diálogo y, por ello, impide la construcción común de lo más mínimo. Y existen pocas otras causas que puedan explicar como se conduce la crítica política hoy en España que, además, como es tan corrosivo, el odio está alterando la tranquilidad ciudadana que en el mínimo roce casual y sin intención de ocasionarlo, hacen que salten chispas y, esto no es normal.

Pero, cuando el individuo se instala en ese estado de envidia-frustración-odio, empieza a confundir las cosas. Y es imposible que así no sea cuando en el PP confunden o tratan a los pacientes con como si fueran clientes. Pero claro, esto es que va en lo genes. Genéticamente, la derecha lleva incorporado la creencia de que lo público les pertenece; si creen que España es suya, los servicios que debe presta el Estado, por deducción, también lo es. Y así sale el señor Bendodo, como un buen alumno aventajado, diciendo que la calle es de ellos. O al señor consejero de Cantabria decir que, “el que quiera sanidad y no quiera esperar; que la pague”.
No hay que ponerse las manos en la cabeza al oír semejantes cosas. Y por qué no hemos de rasgarnos las vestiduras cuando se oyen esas barbaridades; porque el pueblo los ha puesto y los que los han pesto se creyeron, por ejemplo, lo de la bajada de impuestos con los mismos servicios.

Estos señores de la derecha tienen tal confusión mental. A lo mejor no es tal desorden mental y es un programa bien diseñado y, precisamente, encaminado a confundir, para ellos beneficiarse de la confusión. Dejando a parte la cantinela de lo de España se rompe, por antigua, o lo de los “EREs”, que nadie quiere analizar como funcionó todo el proceso, es de menester preguntarse, el por qué fue buena la amnistía que borró (legalmente, no de la memoria de aún muchos españoles) las maldades de la dictadura. Por qué fueron buenos la decenas y decenas de indultos del expresidente Aznar del PP, por qué fue bueno el indulto fiscal de Rajoy y su ministro Montoro (que también concedió algunas frases gloriosas. Porque lo hizo la derecha. Apaga y vámonos.

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