Hablar de la comarca del Campo de Gibraltar, es, sobre todo, hablar de consecuencias; consecuencias que afectan a sus habitantes. Y, los que aquí vivimos, parece como si esos resultados negativos. de actuaciones llevadas a cabo, muchas veces con poca fortuna, no fueran con nosotros, haciendo recaer todos los males que nos afectan y los que nos acechan, en exclusiva, en aquellos que, precisamente, es responsabilidad de la ciudadanía su elección. Por lo tanto, se podría precisar que, en el primer puesto de las equivocaciones, debe aparecer, aquella que los ciudadanos propiciaron; la elección equivocada de las personas elegidas para la gobernanza de la cosa pública. Por ello, no es comprensible que la propia ciudadanía quiera eludir sus compromisos.
Ahora bien, dicho lo anterior, sí es deber ineludible exigir el derecho a una información veraz de los que son responsables de la gobernanza pública, para poder contribuir o ayudar a la consecución, de las mejoras económicas que esta, nuestra tierra, necesita. Y, esas mejoras no pueden estar basadas en reeditar, los mismos, modelos productivos que nos llevan hacia no se sabe muy bien donde.
No nos tenemos que adaptar al cambio climático, porque este cambio es el desierto; tenemos que revertirlo.
Y, es por eso mismo que, la reindustrialización de la comarca es de urgente necesidad, con el profundo cambio en el modelo productivo que necesita, debiendo estar basado en la innovación, que pueda servir de lanzadera, a un desarrollo sostenible, a la excelencia empresarial y a unos empleos de calidad, que paren el derrumbe que se vislumbra.
La apuesta por esta nueva industrialización comarcal, procurando, porque ya es posible, el autoconsumo energético, tiene que ser una cuestión de todos, y aunque el llevar esto a buen término sea responsabilidad de nuestros gobernantes elegido democráticamente, la sociedad civil, a través de los diversos colectivos que la Ley prevé, no puede eludir sus responsabilidades.
Ni que decir tiene, el papel que debe desempeñar en esta nueva etapa nuestro puerto, pero no solamente el puerto, ya que, el nuevo modelo industrial que, además, tiene que ser multidireccional, y lo suficientemente fuerte, como para ser capaz de hacer frente a los nuevos retos, a los que la comarca tiene que enfrentarse a corto y medio plazo.
Este reto tan importante que debe sostener la sociedad debe ser suficiente, para que de una vez desaparezcan los dañinos localismos, las desconfianza entre instituciones y la desunión del movimiento ciudadano asociativo, al que con tan malos ojos ven, los cargos institucionales, precisamente.