Pasados unos días del 28-A, poco a poco, me voy dando cuenta de que el diálogo en este país es cada vez más complicado porque en el fondo hay un choque entre dos culturas políticas extremas: una comprometida con la gobernabilidad por encima de los intereses de los partidos, y otra que hace de la astucia y la habilidad del gobierno en solitario el centro de su acción política.
Este último caso parece ser nuestro hecho diferencial, porque somos el único país europeo que nunca ha tenido un gobierno de coalición a escala estatal. La propia semántica de compromiso y como lo entendemos nosotros con diferencia a otros países europeo lo dice todo.
En Alemania, por ejemplo, se reduce a acuerdo, mientras que entre nosotros se aproxima más a la idea de concesión. Alcanzar un compromiso se percibe aquí como una pequeña derrota de cada parte más que como el éxito de todos. Ahora podría haber margen para otras maniobras con Rivera o Iglesias, pero nos pueden las inercias y la falta de un dialogo real y de compromiso.
En Suecia, sin embargo, los socialdemócratas y los ecologistas gobiernan en minoría con algo más de un tercio de los votos, gracias al pacto entre los dos bloques políticos para dejar aislada a la tercera fuerza en votos, Demócratas de Suecia, una formación de corte xenófobo como Vox. Bien hecho. Esa debería ser la actitud a mantener en este país con los mentirosos partidos populistas y ultras.
Las reuniones de lunes y martes de esta semana en la Moncloa entre Pedro Sánchez, Casado, Rivera e Iglesias para tantear a los líderes de la oposición antes de intentar Sánchez formar Gobierno, ha recibido las respuestas esperadas: Casado trasladó a Sánchez que votará en contra de su investidura pero no criticará que la pacte con Ciudadanos, pero Rivera ya dijo que no, antes y ahora, y se ofrece de nuevo para activar el artículo 155 en Cataluña. Qué locura.
Iglesias dijo coincidir con Sánchez en poder alcanzar un acuerdo que haga posible la investidura. Si en algo nos hemos puesto de acuerdo es que vamos a trabajar para ponernos de acuerdo, dijo Iglesias en la rueda de prensa posterior. Pobre información sobre una reunión que duró más de dos horas. Y destacó la franqueza y empatía con la que se tratan Sánchez y él. No obstante, pidió prudencia y auguró que llevará mucho trabajo y un tiempo largo ponerse de acuerdo.
Puede que después de todo lo que vamos conociendo de estas negociaciones, nuestro hecho diferencial sea precisamente esa falta de homogeneidad nacional, que nos obliga a tener gobiernos en minorías, aunque los gobiernos en minoría y las coaliciones entre varios partidos son también muy habituales en la Unión Europea. Así que hagámonos europeos también en esto, porque falta nos hace si queremos tener un Gobierno estable. Lo exige la gobernabilidad del país para que las instituciones funcionen, la actividad económica se desarrolle y se genere empleo. Ojalá sea así. Yo lo espero y lo deseo.