Pero lo de que las cosas no son como empiezan que hoy nos ocupa y preocupa es el conflicto que desde hace ya demasiado tiempo y “made in” Picardo sigue latente y cada vez más enconado y de final imprevisible pero nada bueno, como queda demostrado por la clara advertencia e incluso amenaza del sector pesquero de La Línea al Gobierno de Gibraltar para que retire los bloques de hormigón que la semana pasada fueron lanzados al mar, una medida que afecta al caladero en el que 70 barcos del Campo de Gibraltar realizan su actividad. Y sobre todo, ojo, al aviso del patrón mayor de los pescadores de La Línea, Leoncio Fernández, referido a “van a tener problemas” si no se retiran los bloques de hormigón, que casi seguro que van a seguir donde están, dado como está de subido a la parra el ministro principal de la Roca, Fabían Picardo. Una advertencia que ninguna de las partes debería echar en saco roto, ya que cuando a las personas, en este caso los pescadores se les pone entre la espada y la pared, tiran para adelante con todas sus consecuencias.
Un ”charco” el generado, en el que ya se han metido autoridades competentes a varios niveles y distintas administraciones que no apuntan soluciones son más de lo mismo, posiciones enroscadas buscando titulares y el quedar bien, que es algo que no consiguen ni los unos ni los otros, ya que sigue en aumento la tensión. Y estas son algunas de las tomas de postura citadas: El algecireño, Pedro Maza, presidente de la Federación Andaluza de Asociaciones Pesqueras, acusó al Peñón de “provocar” y dijo que “deben darse pasos hacia la normalidad”. Maza no quiso hablar de las colas en la Verja, pero insistió en que Gibraltar “debería retirar los bloques porque allí no hay sector pesquero. No sabemos con qué fines han llevado a cabo esta acción”, apuntó el presidente, quien añadió que “lo único que quieren los pescadores es faenar donde siempre lo han hecho”. Por su parte, la delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, aseguró que el Ejecutivo español “está defendiendo la situación no muy halagüeña de los pescadores”, pero rechazó que los controles sean una medida de fuerza, asegurando que la labor policial “respeta los acuerdos”. Por contra, la secretaria provincial del PSOE de Cádiz, Irene García, condenó las colas en la Verja, una actuación que tildó de “inhumana e impropia, tras la orden del Gobierno a la Guardia Civil”. Para la secretaria provincial, las colas “son un ejemplo de actitudes dictatoriales y ajenas a la democracia que perjudican seriamente a una fuente de ingresos para la zona como son los turistas españoles que se encuentran en el Campo de Gibraltar”. Precisamente el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente expresó su “indignación y sorpresa” por las declaraciones de la alcaldesa de La Línea, Gemma Araujo, en las que comparaba al Ejecutivo de Mariano Rajoy con un gobierno dictatorial por las colas.
“La regidora se olvida de defender a los pescadores de la bahía y se suma a las tesis de Gran Bretaña”, apuntó el ministerio, que reclamó a Araujo que “se preocupe y ocupe de los pescadores para que puedan desarrollar su actividad con normalidad y evitar los perjuicios que ocasionan las autoridades de Gibraltar”. Y mientras tanto el ministro principal de Gibraltar sigue atacando y ganando y además haciendo gala de ello, ya que lo mismo compra arena a Tarifa, que echa bloques de hormigón para acabar con la pesca y como el que lava Picardo afirma: “Esas aguas son tan de Gibraltar como lo es Main Street”.