Decía una conocido que, el Gobierno de un pueblo, por muy elegido que sea, sino cuenta con él, será imposible su gobernanza y que sus acciones rindan positivamente. Y por qué, esta contradicción cuando el Gobierno fue elegido democráticamente. La contestación puede ser sencilla, “porque después, se olvidó de él”. Y es verdad, en la práctica, este es el comportamiento general del gobernante; sólo se acuerda del pueblo cuando necesita su voto.
Con el pueblo, que es el que mejor identifica los problemas, porque los sufre, hay que contar, hay que oírle a través de sus organizaciones que, es lo que hacen, las naciones adelantadas, libres y, de democracias consolidadas.
El pueblo del Campo de Gibraltar, que percibe claramente, las amenazas que pueden corromper la vida pública, la convivencia ciudadana y la competencia que ejercen países vecinos sobre las industrias y el nivel de vida, quiere ayudar, quiere complementar los proyectos oficiales, a veces alejados, si no de la realidad si de las prioridades más inmediatas y que más inciden negativamente sobre sus vidas, observa como desde estamentos oficiales se comienzan a crear planes integrales para la Comarca; unos desde el Gobierno Central, otros desde la Junta de Andalucía y, hasta la Mancomunidad tiene el suyo a través de un foro del que, al parecer, lo componen personajes, que sí, de mucha valía intelectual, pero que no sufren, por ejemplo, la saturación de la carretera cuando tienen que cumplir un turno. O sea, no se les oye ni se les tienen en cuenta sus proposiciones.
El Campo de Gibraltar que goza de una gran riqueza organizativa vecinal, industrial y educativa, a través de Campús Bahía de Algeciras de la UCA, no puede quedar al margen de los centros de poder y centros de decisiones oficiales, porque el problema que actual tenemos y se puede acrecentar bastante, afecta a todos y, entre todos tenemos que solucionarlos.
Si esto no se lleva a la práctica, ni los planes que se vienen sucediendo desde el 2008, dieron su fruto, ni darán los que actualmente se han realizado.
Aquí, al Campo de Gibraltar, ya ha entrado bastante dinero, oficial, caro. Pues bien, ni el pueblo sabe, ni el cómo ni para qué, simplemente porque no participa o mejor dicho no le dejan participar y, mucho menos intentar un mínimo control de ello. A este paso, pueden ser que, un día, solo voten los candidatos.
