El pasado lunes conocimos la lista de cargos de confianza del consistorio algecireño. Con esto se cierra el gasto político de la corporación 2019/23 salvo que haya una incorporación de última hora de algún cargo de confianza que quede por nombrar.
El gasto político total asciende a un millón y medio, cifra desproporcionada sobre todo debido a la elevada deuda que soporta nuestro ayuntamiento (230 millones de euros). Esta misma semana, esa deuda se ha visto incrementada a causa de la solicitud de nuevos créditos por parte del equipo de gobierno local para poder hacer frente a las numerosas sentencias firmes que debe afrontar. Y las que quedan por llegar.
Si analizamos detalladamente el incremento del gasto político municipal existen varias novedades que cuanto menos llaman la atención. Es destacable que, por primera vez, el grupo mayoritario de la oposición tenga una liberación total de uno de sus concejales y la asignación de dos cargos de confianza, mientras al resto de grupos de la oposición no se les ha otorgado ninguna liberación y sólo reciben un cargo de confianza.
Otra detalle a destacar en el listado de cargos de confianza es que el cargo de la quinta fuerza municipal, Ciudadanos, es el que más cobra de todos. Su asignación es de igual cuantía que la que recibe un concejal delegado del equipo de gobierno. Resulta muy llamativo que un administrativo -como lo llamó el portavoz del equipo de gobierno en el anterior mandato- reciba más de cuarenta mil euros de salario. Esa es la letra pequeña del pacto PP-Cs que nos han intentado ocultar a los algecireños.
Y por último, me gustaría hacer una pequeña reflexión referente a este último dato. ¿Cuánto nos cuesta a los algecireños el voto del Señor Pelayo, portavoz municipal de Cs, para darle la mayoría absoluta al PP? Pues la friolera cifra de 128.000 que sale de sumar su asignación a la de su compañera de partido más la correspondiente al cargo de confianza mejor pagado de la corporación municipal.
¿Es este el partido que venía a regenerar la política municipal? El declive de los últimos meses de Ciudadanos demuestra que su único objetivo es apuntalar al maltrecho PP por un módico precio.