Crónica de concierto por Poyson Ivy: Los Perrillos lían la grande

Transmiten claramente que su objetivo es pasárselo en grande y hacérselo pasar a los demás. Y vaya si lo consiguieron, la velada del viernes fue un no parar de reír y bailar. A los teclados, un auténtico Show Man andaluz con voz de negro y muchas ganas de cachondeo y, a la batería, su primo hermano haciéndole los coros se encargaron de que aquello no fuera un concierto sino algo más completo, un buen espectáculo. Guitarra, Bajo y Flauta travesera hicieron, además, que la música alcanzara con creces el nivel musical al que el Azabache nos tiene acostumbradas.Temas de artistas tan dispares como James Brown, Sam Cooke, Rolling Stones, B-52´s, Dee-Lite, Depeche Mode, Tabletom, Queen, Bob Marley o Janis Joplin moldeados como plastelina, adoptando formas imposibles en las manos de cuatro pedazo de bestias y una encantadora flautista de Hamelín. Pero nada sonaba a copia, ni uno sólo de los arreglos recordaba al tema original. El “Personal Jesús” de Depeche lo cantó Jim Morrison acompañado por Angus Young a la guitarra. El “We will rock you” resultó ser un Jazz-Blues interpretado por Joe Cocker que encima se marcó un scat de aplauso. “Piece of my heart” de la Janis, un reggae que acabó vendiendo su alma al Rock and Roll. El “Love shack” fue funk negro y profundo que se dejó hacer el amor por el “Born to be wild” de Steppenwolf. El reggae volvió con Louis Armstrong “Marley” que se desgarró la voz de placer con su “What a wonderful world” y alcanzó un orgasmo en forma de “Stir it up”. “Video killed the radio star” sonó a rock punk ramonero y la Credence salpicada de rockabilly. “Grove is in the heart” un funky con mucho pedal y sin complejos. “Play that funky music”, “All day and all of the night”, “Reggae las macetas”, “Honky tonk woman”, “Jamming”, unas cuantas más y hasta un “Garrotin” por rumba catalana.Y una bomba con advertencia: “Esto que viene ahora, es un experimento de los nuestros”. Un crooner con ganas de pasárselo bien acompañado por una banda de músicos de raza cogió el “Verde que te quiero verde” y lo fue vistiendo, como a una muñeca, de Reggae, Jazz, Blues y Swing arrancando los aplausos y los bravos del público, que no paró de pedir otra hasta que la consiguió. Aquello no era un problema, tenían bises en su repertorio como para dar otro concierto. Una razón de peso para que vuelvan pronto por el Azabache.

Poison Ivy

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