El que escribe no es ningún reportero al uso, y sus únicos avales para este “reportaje”, no tiene lo que se llama periodismo de investigación, pues para lo que sigue me baso solamente en ser algecirista y tener ya muchos años a la espalda, en los que ha seguido, vivido, disfrutado y padecido lo que ha hecho y dejado de hacer el Algeciras Club de Fútbol, y también lo que han hecho y dejado de hacer unos pocos, no tan pocos, que sólo han buscado un protagonismo barato que tan caro le ha salido al club de nuestros amores, sin que hayan faltado varios presidentes, directivos y sus tapados que además de lo dicho se han comportado como auténticos rufianes. No hay duda alguna de que el Algeciras CF, está viviendo los peores momentos de sus 99 años de historia, en la que ha habido de todo, ascensos, descensos y hasta un cambio de nombre. Pero dejando de lado su historial deportivo, los momentos tan críticos que vive el club no tienen como génesis lo ocurrido en los terrenos de juego, si no lo que ha sucedido en los despachos. En los últimos tiempos el Algeciras CF ha tenido presidentes al granel, y no todos ni mucho menos han sido trigo limpio sino todo lo contrario. Y sin necesidad de mentar nombres, ya que no se merecen ni ser citados y están en la mente de los aficionados, lo mejor que se puede decir de ellos, es que ni el Algeciras podía llegar a menos ni ellos a más. Ha ocurrido también que algunos técnicos y no pocos jugadores no han dado la talla. Y si a todo esto unimos que el Ayuntamiento, personificado en Tomás Herrera en sus tiempos de alcalde de Algeciras prometiendo una temporada si y la siguiente también lo que sabía no podía cumplir cierra el circulo y se pone en valor lo de “entre todos lo mataron y el sólo se murió”.Hace unos días un grupo de algeciristas de corazón presididos por Francisco Gudiel Guerrero dieron el paso adelante y se hicieron cargo del Algeciras CF, mientras que otros con más poderío económico y experiencia se tapaban. Presidente Francisco Gudiel Guerrero que en sus primeras declaraciones a los medios de comunicación ha dicho: “No estoy aquí para ser el que dejó morir al Algeciras”. Aquí y ahora ha llegado el momento de demostrar que no solo se es algecirista en la barra del bar o tertulia de amigos rajando, sino de cerrar filas en torno al Algeciras Club de Fútbol, y la mejor y hasta la única manera de hacerlo es pasar por taquilla abonándose y no dejar que esta flamante y valiente directiva se estrelle sola. Y es que si algo está claro, es que los algeciristas tendremos el fútbol, que seamos capaces de sostener, pues los momentos de los “salvadores” del club y de mirar para el Ayuntamiento con ilusiones vanas se han acabado.