Editorial: Diez preguntas sin contestar

 

TCAM/EDITORIAL

 Que arda un mercadillo en el corazón de una ciudad es algo muy grave, máxime vistos los antecedentes recientes de KUBE. 

Sólo gracias a  la rápida y eficaz actuación de bomberos y policías se pudo evitar lamentos superiores, pero hay muchas preguntas que el Ayuntamiento no sólo no ha respondido, sino que se preocupa mucho y con su acostumbrada eficacia en estas lides ( y la inestimable colaboración de medios de comunicación palmeros) de no arrojar luz e intentar que pase como un mal sueño, está claro que esta no es la Algeciras que queremos y nosotros tenemos unas inocentes preguntas de  las que todos esperamos respuestas, que cualquier medio podría haber formulado, pero ninguno lo hará….

 

El ayuntamiento prometió a los comerciantes seguridad privada uniformada ¿dónde estaban? ¿por qué a las ocho de la mañana “se habían quitado de en medio” cuando su turno terminaba a las diez y el mercadillo estaba en llamas? ¿es verdad que siquiera tenían contrato? ¿dónde está el control mínimo municipal?

El ayuntamiento cedió la explotación del mercadillo a una empresa externa que entregó un proyecto que nadie ha logrado ver, pero es evidente que la institución municipal debe ser garante de que se cumpla la seguridad en el “recinto” en todas sus facetas ¿Por qué no había un solo extintor entre los casi 50 puestos allí instalados? ¿Qué mínima norma y control había sin un triste extintor? ¿Qué podría haber pasado si en vez de las 7,30 de la mañana se produce el incendio a las 5.00 y no están disponibles los extintores de los bares adyacentes?

¿Por qué en esta ocasión el señor Landaluce no se hizo la foto? ¿por qué no ha dado la cara en uno de los incidentes potencialmente más graves que se recuerdan en Algeciras?  ¿no sabe que más de  la mitad de los puestos son sus votantes, son algecireños?  ¿por qué existe un mutismo tan absurdo en este grave tema?  

Entendemos que un ayuntamiento debe ser garante y en este caso, el cúmulo de despropósitos no roza la incompetencia sino que se sumerge en el ridículo y el absurdo, ¿esta es la “Algeciras capital” que usted predica?

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