IAM/Redacción Decenas de personas y representantes de colectivos sociales han arropado a los vecinos de la barriada de La Juliana, que han instalado una farola en la calle Perla de Cádiz para poder dotar de alumbrado a los vecinos, la mayoría personas mayores, que viven en esta calle, una acción vecinal que se ha llevado a cabo de forma espontánea “ante la falta de respuestas a este problema por parte del equipo de Gobierno municipal del PP”.
Podemos Algeciras ha participado en el acto arropando a los vecinos, al entender que “la movilización de los ciudadanos cuando la Administración calla y da la espalda es una de las mejores expresiones de democracia participativa con la que podemos contar, y una forma de solucionar problemas cuando el Ayuntamiento muestra esa insensibilidad ante las necesidades básicas”.Así, la acción espontánea de un grupo de vecinos ha venido a solucionar un grave problema que esta calle ha venido arrastrando durante años, dada la ausencia absoluta de alumbrado público, lo que la convertía en un callejón absolutamente oscuro por la noche.En este sentido, el vicepresidente de la asociación de vecinos Fuente de la Zorrilla, Manuel Espinosa, ha indicado que “la mayoría de los residentes en esta calle son personas mayores, lo que hace que los vecinos hayamos tenido durante años que ayudarles alumbrándoles con linternas y candelabros cada vez que tienen que tirar la basura, ya que en el horario permitido para ello, la calle es la boca del lobo”.“Llevamos desde 2014 pidiendo una solución al Ayuntamiento, y dado que no daban ningún tipo de respuesta, hemos tenido que actuar instalando alumbrado en la calle, ya que cualquier día podría haber ocurrido una desgracia”, afirma Espinosa.
Los motivos aducidos por el equipo de Gobierno para no dar una respuesta a estos vecinos es que la calle no forma parte del viario público, y que se trata de un pasaje privado. El portavoz de ASSP, Alejandro Gallardo, señala que, “sin embargo, los vecinos sí que pagan todos los impuestos, como el IBI o la basura, por lo que el Ayuntamiento actúa con ellos con una doble vara de medir, poniendo la mano para cobrarles impuestos y mirando hacia otro lado cuando se trata de que esos impuestos reviertan en su calidad de vida”.“En los últimos días, por fin, se ha creado una conciencia pública en España en torno al drama de las personas que sufren la pobreza energética y que, además, son personas mayores. Por eso, el Ayuntamiento no puede desentenderse de esta forma de su responsabilidad con la dignidad y la vida de las personas”, afirma Gallardo.