Poca demanda para obtener el pase para trabajadores

La medida trataba de agilizar el paso fronterizo de peatones entre La Línea y Gibraltar con la instalación de 15 pasos automatizados. Según anunciaba Antonio Sanz hace ahora casi un mes, este sistema se hace con la idea de beneficiar a los trabajadores fronterizos que atraviesan la frontera de manera diaria o muy asiduamente. “Es innegable que esta medida es positiva, es una medida muy esperada y, todos somos conscientes de que era necesaria”, apuntillaba el presidente provincial del Partido Popular en Cádiz.

Pero la realidad es bien distinta. Casi un mes después de entrar en vigor esta medida y a pesar de que la mayoría de peticiones han sido aceptadas, tan solo 65 personas de las miles que cruzan a diario la Verja para trabajar en Gibraltar han solicitado a la Agencia Tributaria el llamado “pase para trabajadores”, – lo que hace indicar la pobre acogida que ha tenido este nuevo sistema entre los españoles que trabajan en el Peñón- .Este pase les permite circular por el carril rojo sin nada que declarar gracias a una identificación previa ante el Ministerio de Hacienda.

Según una portavoz de Hacienda hasta ahora se han recibido un total de 65 solicitudes. Tan solo 5 de ellas aún no están activas, aunque afirma ser algo circunstancial y de fácil solución, una cuestión de trámite o un requerimiento necesario. Las 60 solicitudes restantes ya se encuentran activas y por lo tanto sus portadores ya pueden circular por el carril rojo de manera habitual.

DATOS DE GIBRALTAR

Según los datos del Gobierno de Gibraltar, cuya última actualización corresponde al año 2.013, hay 4.262 españoles contratados, ya sea en empresas privadas del Peñón o en el sector público.

Por otro lado, y de manera no oficial los datos que manejan trabajadores y sindicatos del Campo de Gibraltar y del Peñón es que al menos 3.000 españoles trabajan por horas y sin contrato, sobre todo en sectores de limpieza y asistencia a domicilio. A estos trabajadores se les conoce como “Trabajadores invisibles”, a ojos de las administraciones tanto española como gibraltareña.

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