Antes de nada quería dar las gracias por la bienvenida de nuevo a San Roque, tan acogedora como siempre. Quedamos en febrero en que los Cursos de Verano lo celebraríamos también en Gibraltar este año y tenía gran empeño en daros la bienvenida a la Universidad de Gibraltar, pero desafortunadamente tengo que salir de viaje de trabajo por lo que no será posible para mí estar allí mañana, pero quería sin embargo seguir adelante con el compromiso de formar parte de estos Cursos de Verano.
Has empezado, Juan Carlos, hablando de aquellos que quieren hablar de soberanía y de dónde se habla de cosoberanía. Bueno, está claro que aquí no vamos a hablar de cosoberanía porque Fabián Picardo y el Ministro Principal de Gibraltar no estarán presentes cuando se hable de cosoberanía, no porque no seamos relevantes a esa discusión, sino porque la parte más importante, incluso digo, la única parte relevante e importante es el ciudadano de Gibraltar. Y eso cabe decirlo porque si vamos a afrontar lo que deben de ser las relaciones entre ambas partes de los pueblos de la frontera de Gibraltar, en el lado sur que es Gibraltar y en el lado norte que es España, que quede claro que quiero empezar como voy a acabar, diciendo que la soberanía de Gibraltar no la va a negociar nadie y que la soberanía de Gibraltar la va a determinar puramente y únicamente ese pueblo gibraltareño que apuesta por seguir siendo británico. Pero dentro de eso cabe la posibilidad de seguir hablando y dialogando y acordando muchísimas cosas que no sean relevantes a ese tema de fondo, que es el tema de desacuerdo: el de la soberanía. En Gibraltar existe plena unidad en relación a esto, como la ha habido antes del voto del día 23 de junio en relación al tema de si el Reino Unido debía permanecer en la Unión Europea o salirse. Esa es no una cuestión que haya surgido de la nada, en Reino Unido ha habido diferentes puntos de vista en relación a lo que representa la Unión Europea, si representa una oportunidad o si representa un vínculo negativo para Reino Unido, hace ya muchísimos años. El señor Nigel Farage ha sido el líder del partido que se llama UKIP, el Partido por la Independencia del Reino Unido, una cosa que a nosotros nos puede parecer raro que haya un partido que se llame el Partido por la Independencia del Reino Unido, dado que Reino Unido es un país plenamente independiente con un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, pero sin embargo lo ha habido. Ha sido miembro del Parlamento Europeo casi 20 años si no más. Es un tema que ha venido trastornando al Partido Conservador desde el liderazgo de la señora Thatcher, que se presentaba como una persona muy dura con la Unión Europea y que perdió su liderazgo del Partido Conservador por ser demasiado dura con la Unión Europea. Luego, el señor Major, que fue su sucesor, perdió el liderazgo del Partido Conservador y también la jefatura del gobierno de Reino Unido por ser demasiado blando con la Unión Europea. Desde entonces el Partido Conservador ha estado en casi una guerra civil en relación al tema. Una de las formas con las que se pudo intentar resolver ese tema, antes de las elecciones de mayo del año pasado en Reino Unido, fue la que escogió el Primer Ministro, señor Cameron, que apostó por un referéndum para que decidiera la ciudadanía del Reino Unido si debía permanecer Reino Unido en la Unión Europea o no. Todos sabemos que se intentó renegociar los términos de la presencia del Reino Unido en la Unión Europea y que en febrero el señor Cameron quedó en convocar un referéndum para el día 23 de junio. El día 23 de junio ya es un día que me parece a mí tan distante casi como febrero, porque nunca me olvidaré de la mañana del 24 de junio. La verdad es que yo, como tantos otros compañeros, estábamos preparados solamente para un resultado, y el resultado que surgió fue que Reino Unido se salía de la Unión Europea. Porque aunque había en Gibraltar gran entusiasmo por permanecer en la Unión Europea y todos sabéis que el resultado del referéndum en Gibraltar fue fulminante, con el 96% por la permanencia, sabíamos que en Reino Unido no había ese entusiasmo que se sentía en Gibraltar. Todos los informes que recibía yo me decían que entre grupos de amigos de 10 personas, 8 de 10 apostaban por salir de la Unión Europea. Y esto pasaba incluso entre profesionales en Londres, donde la ciudadanía es mucho más cosmopolita. Pero desde el 24 de junio – apenas hace un mes y a mí me parece que ha pasado casi un año-, el señor Cameron, que estuvo en Gibraltar la semana antes -todos sabemos cómo tuvo que volver al Reino Unido desafortunadamente más pronto de lo esperado-, ya no es Primer Ministro de Reino Unido. Dos semanas más tarde me encontré rodeado de conservadores en el Palacio de Westminster aplaudiendo a la señora May, convirtiéndose en la nueva Primera Ministra del Reino Unido y líder del Partido Conservador.
Me preguntaba un compañero del Partido Laborista: “Oye, te vi rodeado de conservadores con una corbata azul aplaudiendo a Theresa May, ¿qué te ha pasado?” Y yo le dije: “Fue una pura coincidencia y luego te lo explico”. Y si hay tiempo os lo explico a ustedes también. Luego, me he reunido con la señora Sturgeon, la Ministra Principal de Escocia, he tenido la oportunidad de encontrarme con la señora May, siendo ya líder del Partido Conservador, y con Boris Johnson, el nuevo Ministro británico de Exteriores. A mí se me queda un punto referente de este mes que ha pasado y es que había un momento donde en el Partido Conservador y en Reino Unido todo pasaba tan rápido que por primera vez me parecía a mí que las redes sociales y el ciclo de noticias de 24 horas no podían estar al tanto de lo que ocurría. Era la primera vez que lo que nosotros pensamos que son los medios de comunicación, ahora tan rápidos en tenernos informados, ya no llegaban y no podían analizar lo que ocurría porque todo se movía a un paso que nunca se había movido antes. Hay un dicho que he compartido con los compañeros líderes de los otros Territorios de Ultramar, reunidos en las Islas Turcos y Caicos la semana pasada: antes decían en Inglaterra que a week is a long time in politics, una semana es un tiempo largo en la política. Bueno, yo creo que en el mundo en el que vivimos ahora a tweet is a long time in politics. Un tuit, uno de esos momentos de 140 caracteres que vemos en las redes sociales, hoy es capaz de dar un vuelco a la política en un instante. Me acuerdo de entrar en una reunión el lunes por la mañana hace dos o tres semanas, esperando reuniones y tener la oportunidad de ver a la señora May, que iba a ser candidata al líder del Partido Conservador, una cosa que se iba a resolver en septiembre, para encontrar que saliendo de la reunión un tuit me decía que la señora Leadsom, que era la única que quedaba como contrincante para el puesto de líder del Partido Conservador, ya no seguía adelante con su campaña. Y entonces todo eso volcó de nuevo todo el calendario y nada había cambiado tanto como había cambiado en esas tres semanas. Todo ello sirve de referencia al gran cambio que estamos sufriendo todos los que nos encontramos tocados por el tema del Brexit, y no es un sufrimiento limitado a los británicos, es un sufrimiento que yo creo que sufre toda la Unión Europea e incluso también el mundo entero, porque creo que el Brexit no es que afecta a Gibraltar o que afecta al Campo de Gibraltar como puede afectar al Reino Unido, es que afecta a toda Europa. Afecta a la cohesión de la Unión Europea y no lo dice Fabián Picardo sino que se constata mirando cualquier periódico de estos días.
Pero esa importancia para Gibraltar nace más que nada del modelo económico y del modelo social que existe actualmente en la Roca, que ha sido un modelo económico y social, que yo propongo aquí en estos Cursos, ha sido bueno no sólo para Gibraltar si no también para todo el Campo de Gibraltar. Económicamente, claro, ha sido bueno para el Campo de Gibraltar y Gibraltar porque en la actualidad Gibraltar es un sitio donde disfrutamos de una gran riqueza. Tenemos el tercer PIB per capita del mundo, contribuimos casi mil millones de euros en PIB al Campo de Gibraltar, generamos el 25% del PIB del Campo. Hay casi 13.000 puestos de trabajo que son transfronterizos, de los cuales 7.000 o más son de españoles que suelen ser residentes aquí en las inmediaciones del Campo de Gibraltar. También somos conscientes de que los 12 millones de visitantes que vienen a Gibraltar todos los años vienen a través del Campo de Gibraltar. Y son esas empresas que hay en Gibraltar y esos turistas que vienen a Gibraltar que crean el empleo, crean esos puestos de trabajo que disfrutamos todos los que trabajamos en Gibraltar o que vienen a trabajar en Gibraltar. Somos, y se ha dicho repetidamente, un motor económico de la zona, la segunda fábrica más importante de Andalucía después de la Junta de Andalucía. Y la cuestión de fondo es si con el Brexit peligra todo esto. ¿Quiere decir el que Reino Unido salga de la Unión Europea, aunque todavía eso no esté definido, pero que de alguna manera Gibraltar ya tiene que parar de ser el motor económico, de que no pueden haber 13.000 o más puestos de trabajo en Gibraltar o vinculados a Gibraltar, que no podrán venir 12 millones de visitantes a través del Campo de Gibraltar y España a visitar Gibraltar y a crear empleo con su visita? La verdad es que no tiene por qué representar eso. El que Gibraltar permanezca en el Mercado Único o que siga imperando el libre movimiento de personas a través de la frontera es fácil – no es difícil.
Lo que es más difícil es insistir en que Gibraltar no puede seguir disfrutando del libre movimiento de personas porque estamos tratando las relaciones bajo un acuerdo que se hizo en los años 50 entre Francia y Alemania, al cual Reino Unido accedió en 1972 y España en 1986 y que luego se ha renovado en tratados hasta el de Lisboa; que sean o esos los acuerdos que imperen o que volvamos a un acuerdo de hace 302 años y lo cumplamos no solamente al dedillo sino que insistamos en cumplirlo de la manera más nefasta posible. Porque he escuchado decir que si Gibraltar ya no tiene el derecho al libre movimiento bajo los tratados de la Unión Europea, solamente será el Tratado de Utrecht el que impere y entonces Gibraltar no tiene el derecho de tener acceso por tierra al Campo de Gibraltar.
También he escuchado decir que el precio para que siga habiendo libre movimiento de personas y para que Gibraltar tenga acceso al Mercado Único Europeo es que aceptemos la cosoberanía entre España y Reino Unido. A mí no me parece que ese sea el precio necesario para que la gente pueda seguir transitando entre lo que es el continente europeo y las últimas 2,5 millas de ese continente, o que puedan acceder a sus puestos de trabajo, o que puedan ir simplemente a un sitio donde viven sus tíos, sus primos, sus hijos o sus amigos, o que puedan acceder desde Gibraltar a San Roque, a La Línea, a todas las partes del Campo de Gibraltar o más allá a España o al resto de Europa los ciudadanos de Gibraltar. Me parece que acertó mi compañero Alejandro (Del Valle) cuando junto a Juan Carmona escribió en una publicación del Ateneo de Cádiz[4] que esa política no es la política que debe imperar hoy. Y decían lo siguiente, y perdonen que haga una referencia exacta porque no quiero que se sugiera que no cité correctamente a personas tan elogiadas en relación a este tema como Alejandro y Juan Carmona.
Dicen esto: “Se trata de repensar Gibraltar y de plantear un nuevo relato para Gibraltar que reformule los parámetros actuales de confrontación y de irredentismo radical, que albergan componentes heredados del franquismo, para explorar alternativas realistas de convivencia y resolución del problema”. Estoy completamente de acuerdo en que insistir en que las fronteras se puedan usar y el libre movimiento se pueda usar de alguna manera como una oportunidad para estrangular a Gibraltar, y forzarle de esa manera a aceptar una soberanía que la ciudadanía de Gibraltar no aceptaría, es demostrar que sobreviven flecos del franquismo. Y Alejandro y Juan Carmona lo presentaban de esa manera y me parece absolutamente correcto. He escuchado repetidamente, como me dicen algunas sirenas desde Madrid, que la soberanía conjunta lo cura todo.
No solamente asegura de que haya libre movimiento a través de la frontera, aunque no imperen los tratados europeos, y no solamente garantiza acceso al Mercado Único, sino también la sobrevivencia de lo que hoy es en el léxico de algunos en España un centro financiero opaco y mal regulado.
Será al entender de algunos, pero no del FMI, de la OCDE o de la Comisión Europea. Pero eso se convertiría de la noche a la mañana, si aceptamos la soberanía conjunta, en un centro financiero en toda regla; si es sujeto a la soberanía conjunta podrá seguir operando sin ninguna dificultad, creando empleo y beneficiándose también del libre movimiento de gente que puedan trabajar en ese sector financiero. Sé que os puede parecer de broma que lo presente yo de esa manera, porque no es política seria decir que algo es nefasto cuando no está en mis manos pero que tendrá grandes virtudes cuando yo lo tenga, pero así es como se presenta la política hoy ante Gibraltar en relación al Brexit. Nos dicen que si seguimos insistiendo en ser un centro financiero, si seguimos insistiendo en ser británicos, y Reino Unido sale de la Unión Europea, nosotros casi nos tendríamos que salir, no de la Unión Europea, sino de Europa. Que a nosotros se nos puede presentar una situación donde no podamos movernos en Europa, se nos está hablando de un cierre de la frontera o de restricciones en la frontera que se asemejen a cierre, porque no van a permitir que la gente acceda a su trabajo de la manera que haga falta. Bueno, todo el que conoce al gibraltareño sabe que Gibraltar no va a aceptar la soberanía conjunta.
No es cuestión de presionarnos más o, incluso, no es cuestión de presionarnos menos. Yo no soy de aquellos que dicen: “hombre, si al yanito se le trata bien entonces a lo mejor aceptaría la soberanía conjunta”. Pero esto no es cuestión de que se nos trate bien o se nos trate mal, esto es cuestión de que se nos respete y que se nos acepte, de que nosotros somos británicos y que Gibraltar es británico, pero que podemos ser muy amigos aunque seamos británicos. Lo mismo que mi hijo cuando juega con otro pequeño no le pregunta que le enseñe el pasaporte para saber si van a ser amigos, nosotros que sabemos que tenemos pasaportes diferentes, no nos afecta el pasaporte ni la nacionalidad para saber que podemos ser amigos y que podemos trabajar conjuntamente, que podemos incluso enamorarnos, que podemos ser familia y que podemos crear riqueza juntos para toda la zona. Pero no me digan que me tratan bien simplemente para intentar cambiarme el punto de vista en relación a eso. Que no me digan que me tratan mal para que yo acepte que tengo que cambiar de soberanía para que me traten bien. La verdad es que no es cuestión de reprocharle a nadie que sea español, lo que pedimos es que nos paren de reprochar que somos británicos y que Gibraltar es británico. Nacimos de una nacionalidad y nuestra casa es británica y no queremos cambiar eso. Presionarnos ahora, en lo que puede presentarse como un momento difícil para Gibraltar, nos confirma aún más todas las razones por las que Gibraltar nunca querrá ser español. Porque cuando un amigo se encuentra en una gran dificultad, lo que no hay que hacer a mi punto de vista es decirle: “oye, ¿te acuerdas todas las cosas que yo te he dicho en tu casa que me gustaban? ¿Tú sabes que yo te puedo ayudar en este momento? Si me confirmas que me entregas todos esos bienes que a mí me gustaron en tu casa entonces te ayudo”. A ese hay que decirle: “oye tío, tú de amigo mío no tienes ni un pelo, tú lo que vienes aquí es para abusar del momento”. Y es que el chantaje no hace más simpático a aquel que sugiere que quiere ser nuestro gobierno, porque aceptar la soberanía conjunta conlleva que nosotros aceptemos que las personas que hoy por hoy nos dicen que para seguir teniendo la libertad de movimiento tenemos que aceptar la soberanía conjunta, que esas personas se conviertan mañana en nuestro gobierno. Un gobierno es una cosa importantísima en una sociedad, es la institución en la cual los ciudadanos deben de tener más fe, de la cual debemos poder fiarnos al máximo, y si vamos a empezar la relación con ese tipo de chantaje no creo yo que vaya a ser una relación que pueda prosperar. Pero os digo también que tampoco es cuestión de intentar seducirnos. Yo no soy de aquellos que dice que España tiene que seducir al gibraltareño para que de alguna manera cambiemos de opinión. Yo siempre seré de los que tendré en alerta al yanito para que se acuerde que estamos mejor siendo británicos. Y sé que a lo mejor no es popular venir aquí a decir eso, pero yo siempre he pensado que la diplomacia no se debe nutrir de la duplicidad, se debe nutrir de la honestidad, y no quiero venir aquí a presentar una oportunidad de que pueda de alguna manera seducir a algunos en pensar que si me tratan un poco mejor yo voy a cambiar de opinión. Es que nunca vamos a cambiar de opinión. Pero es que podemos trabajar conjuntamente con la diferencia de opinión que tenemos. Podemos seguir en el proceso de diálogo del que nos nutrimos entre 2006 y 2010 y sobre el cual avanzamos tanto en relación a temas que eran importantes para la ciudadanía de ambos lados de la frontera, sin tener que convencernos unos a otros del tema de la soberanía. Y como esto es un curso universitario y en las universidades se debe siempre trabajar y barajar con la realidad, yo creo que es importante que ustedes sepan el punto de vista del gibraltareño cómo es y que no se os presente de una manera más optimista. Pero también hay que comprender que al margen de todo eso, hay gran oportunidad de que Gibraltar y el Campo de Gibraltar en este momento de Brexit consigan que el motor económico que ha sido Gibraltar se amplíe y tenga mejores oportunidades todavía que ha tenido hasta entonces. Gibraltar mantendrá su frontera completamente abierta al libre paso de personas y trabajadores pase lo que pase en relación al Brexit – vamos a comprender eso en un dato histórico. En 1969, cuando el franquismo cerró la frontera entre España y Gibraltar, ni Reino Unido ni España formaban parte de la Unión Europea, pero antes de entonces había habido libre movimiento. Antes del cierre hubo muchas restricciones, existió un periodo de intensa restricción antes del cierre, pero en la época anterior se disfrutó de libre movimiento absoluto. Después del año 1969 y hasta el año 1982 y luego hasta 1985, cuando la frontera abrió por completo, acordémonos de una cosa, la frontera española estaba cerrada, pero la frontera de Gibraltar con España permaneció completamente abierta; nunca se cerró. Gibraltar no cerró sus fronteras con España, España cerró su frontera con Gibraltar. Así será en el futuro también, que Gibraltar siempre permanecerá con su frontera abierta a la amistad y al libre movimiento de personas y de trabajadores. Y esas posibilidades de efecto Brexit en la zona, con ese libre movimiento garantizado por el Gobierno de Gibraltar y espero no afectado por ninguna actuación del Gobierno en Madrid, pueden ser tres: la primera es que todo siga igual, que Gibraltar intenta como mínimo que así sea, que tengamos acceso al Mercado Único de servicios. Hoy por hoy no tenemos acceso al Mercado Único en bienes pero sí en servicios y Gibraltar trabaja para que así sea y que siga el libre movimiento. La segunda es que haya restricciones impuestas en la frontera entre Gibraltar y España, que España intente estrangular a Gibraltar, cosa que Gibraltar no va a permitir como tampoco va a permitir que cambie su soberanía. Esa es la opción que yo creo es la peor para el Campo de Gibraltar y para Gibraltar. La tercera opción, y yo creo que es importante que la comprendan, es la opción por la cual se optó entre 2006 y 2010, y es que haya acceso libre de personas a y desde Gibraltar, que haya acceso al Mercado Único Europeo y que entre España, Gibraltar y Reino Unido haya un proceso de diálogo que nos permita crear aún más riqueza y aún más puestos de trabajo en toda la zona y en Gibraltar en particular. A mí me parece de que de todos los actores que yo veo desde Gibraltar moviéndose en este tema, y la verdad que a veces me hace gracia que las actividades de mi pequeño gobierno lleven a que se tengan que reunir 46 personas en Madrid de todos los ministerios, de todas las administraciones, incluso jefes del CNI y de las Fuerzas Armadas, etcétera… me parece que si España tiene tiempo para que se reúnan todas esas personas para discutir los viajes de Fabián Picardo y las acciones de su gobierno, entonces es que España no tiene ningún problema y en España todo va bien, porque solamente tenemos que concentrarnos en esas cosas. Pero si esa energía la compartiéramos en promocionar la zona, en promocionar las oportunidades de entendimiento que tenemos, yo creo que podíamos conseguir algo muy importante. Y de los actores que veo, veo que la lealtad institucional de la Junta en el tema de fondo al Gobierno de Madrid es absoluta, como siempre lo ha sido desde la Junta, aunque yo esté en desacuerdo, pero también dice en voz alta, y me parece también importante que lo haga, que lo más importante hoy no es la cosoberanía de Gibraltar, no es la soberanía de Gibraltar, no es amenazar e insistir en temas de soberanía, sino qué va a ocurrir en la zona y cómo vamos a asegurarnos de que todos los puestos de trabajo se protejan y que las riquezas que crea Gibraltar puedan aumentar de alguna manera. Yo creo que es importante que haya esa otra vertiente al diálogo existente en España, no con Gibraltar, pero dentro de España en relación al tema para que de alguna manera se comprenda que el Brexit no solamente presenta dificultades para Gibraltar, que alguno parece que se encantan con la idea de que Gibraltar tenga dificultades, sino que también presenta oportunidades para Gibraltar y presenta oportunidades para Gibraltar y para el Campo de Gibraltar, para Gibraltar, para España y para Reino Unido. Son oportunidades que yo no buscaba, yo he sido como saben todos ustedes, como todos los líderes políticos de Gibraltar, de aquellos que queríamos permanecer en la Unión Europea, pero hoy por hoy tenemos una nueva realidad y tenemos que trabajar dentro de esa nueva realidad. Hay una oportunidad que podemos plasmar en ese futuro, el futuro que nosotros responsablemente pensemos es el mejor para las personas que representamos, para las personas que represento yo, para las personas que representan las autoridades del Campo de Gibraltar, la Junta de Andalucía e incluso las autoridades de Reino Unido y de España. Esas oportunidades que se nos presentan pueden ayudarnos, como digo, a crear aun más trabajo y aun más riqueza, y yo pienso que la labor de un político en el siglo XXI no debe ser más, sino intentar crear más riqueza para su pueblo e intentar crear más puestos de trabajo para su pueblo. Y que si son capaces de convertirse en socio nuestro en Gibraltar y en Reino Unido e intentan que este momento, que se presenta difícil, sea para todos nosotros que vivimos en esta zona la gran oportunidad de esta primera parte de este siglo, entonces cuando ya el 24 de junio nos parezca tan lejano como el febrero que fue este invierno, cuando anunció el señor Cameron el referéndum, habremos hecho una importante labor de convertir en victoria lo que fue perder el referéndum en relación a la Unión Europea. Y convertiremos el Brexit en el gran momento del éxito del Campo de Gibraltar y no en un momento de chantaje, en un momento difícil para todo el que trabaja en Gibraltar, sea de la nacionalidad que sea, y de amenazar de nuevo con dividir familias e intentar parar actividad económica que es buena para todo el mundo. Yo me apunto y busco socios. ¿Hay dos más que se sumen a mí? Gracias.