IAM/Redacción La Operación Paso del Estrecho, la mayor operación migratoria internacional de carácter periódico en Europa, tiene que afrontar otros retos, como el de detectar a quienes, utilizando este flujo masivo de personas y vehículos en verano, tratan de pasar coches robados a África.
Localizar estos vehículos, normalmente de alta gama y nuevos, robados en cualquier punto de Europa y que tienen como destino su venta en África, no es fácil porque los trucos utilizados por los delincuentes para manipular su documentación o sus identificativos, como el número de bastidor, son cada vez más sofisticados.Para complicarlo aún más, estos delincuentes tratan de aprovechar el enorme trasiego que en verano se concentra en puertos como los de Algeciras y Tarifa, en Cádiz, para pasar desapercibidos entre los miles de emigrantes magrebíes que en estas fechas vuelven a sus países de origen para pasar las vacaciones.
Por ello, el dispositivo de la Operación Paso del Estrecho ha reforzado la vigilancia en estos puertos para detectar si entre los miles de vehículos que toman aquí barcos para “saltar” al norte de África hay alguno ilegal.Estos puertos gestionan el 75 por ciento de los cerca de tres millones de personas y 620.000 vehículos que durante la OPE, desde mediados de junio hasta mediados de septiembre, atraviesan el territorio español para volver a sus países de origen en el Norte de África, en la fase de salida, o para regresar a los países de Europa en los que residen y trabajan, en la fase de retorno.
El año pasado el dispositivo de vigilancia de la OPE detectó 28 coches cuando estaban a punto de embarcar ilegalmente a África.Cuatro de ellos eran de alquiler, porque el dispositivo también evita la “picardía” de quienes rentan un vehículo en cualquier país de Europa y tratan de llevarlo al norte de África para venderlo.“En muchos casos ya los llevan vendidos”, explica a Efe el capitán Vicente Calvo, de la Unidad Técnica de Policía Judicial.Él forma parte del equipo que integran agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil y de la Dirección General de Tráfico que se dedican a impedir que los delincuentes consigan su objetivo: “llevar los coches que roban o alquilan en Europa al norte de África, donde es más fácil perder el rastro de estos vehículos”.Este dispositivo ya ha detectado en la actual OPE cuatro coches de alquiler y cinco robados que estaban ya a punto de tomar un barco rumbo al norte de África.En ocasiones descubrirlos no es difícil, pero estos agentes se enfrentan al “reto” de detectar a los que están en manos de grupos organizados.
“Son grupos organizados con especialistas en robar, especialistas en falsificar documentación, especialistas en troquelar el número de bastidor o en pintar el vehículo”, explica el capitán.Los investigadores sospechan que estas redes actúan “por encargo” cada vez “con métodos más especializados” incluso robando simultáneamente dos coches de la misma marca en dos países distintos para usar sus piezas y documentación.“Ahí esta la habilidad del guardia civil que tiene que detectar el vehículo robado por varios métodos para identificar una alteración en un numero, en una pieza” porque aparentemente todo parece auténtico y legal.Cuando ven “algo que no cuadra” los agentes se ponen en contacto con la empresa propietaria del coche o con el dueño del vehículo robado o de la documentación sustraída de otro coche para proceder a la falsificación.Esta es otra dificultad a la que se suelen enfrentar porque muchas veces el robo de la documentación de un coche no ha sido denunciado porque su dueño no se ha dado cuenta.
“La mayoría podemos estar meses sin abrir la guantera de nuestro coche y sin darnos cuenta de que nos han robado la documentación”, explica el agente, que, con todo un equipo, tienen como objetivo hacer que la OPE ponga el alto al paso a África de coches robados en Europa.