Los pilotos de Iberia irán finalmente a la huelga los días 18 y 29 diciembre, según ha anunciado este miércoles en rueda de prensa el sindicato que representa este colectivo de trabajadores, el Sepla, que explicó que se ha reunido con representantes del PP para explicar los motivos de la que será la primera huelga del nuevo Gobierno.”Se han elegido (estas fechas), con poco movimiento de viajeros, para perjudicar lo mínimo posible a la industria turística española. No queremos hacer daño aunque la empresa sí quiere”, ha asegurado el jefe sindical del Sepla en Iberia, Justo Peral.Según explicó, las rutas afectadas se conocerán cuando se establezcan los servicios mínimos por el Ministerio de Fomento, lo que se hará próximamente, “aunque lo normal es que sí se operen los trayectos que solo realiza Iberia o en los que exista una sola frecuencia diaria”.Peral ha lamentado que “la única salida que les ha quedado ha sido la huelga”, ya que las propuestas que ha presentado el sindicato a la compañía “han sido rechazadas sistemáticamente”. “Ellos son los que han elegido las fechas para estas movilizaciones tras anunciar que Iberia Express volará en marzo”, ha sentenciado.De este modo, los pilotos seguirán adelante con la huelga anunciada a la que, a día de hoy, el personal de tierra y los tripulantes de cabina (TCP) no se han adherido.El pasado lunes los sindicatos de TCP –Sitcpla, Stavla, CTA, CC.OO. y UGT– tomaron la decisión de intentar negociar con la compañía, con la que prevén reunirse la semana que viene. No obstante, el colectivo no descarta convocar una huelga si el diálogo fracasa, convocatoria que, en toda caso, sería al margen de la del Sepla.El Sepla ha explicado que se ha reunido con el nuevo Ejecutivo. “Precisamente porque no queremos dar una imagen mala a los nuevos gobernantes, ya que vamos a ser la primera huelga del Gobierno electo”, indicó.”Además de con el actual Gobierno, hemos hablando con varias personas del Partido Popular para informarles de nuestra propuesta, y han entendido nuestros motivos perfectamente”, ha asegurado Peral.”IBERIA ESTÁ FOMENTANDO QUE BRITISH NOS MERIENDE”.Entre los motivos que esgrimen los representantes de los pilotos se encuentran “el traspaso de vuelos que se dieron a Vueling durante este verano, las presiones que están sufriendo los comandantes, pero sobre todo la creación ilegal de Iberia Express”.La sección sindical ha reiterado que, por su parte, la posibilidad de negociar “sigue abierta”. “El ADN de Sepla-Iberia es la negociación, por lo que esa puerta aún no se ha cerrado. Es más, consideramos que la compañía es la que obstaculiza las conversaciones y la que está fomentando que British Airways (BA) nos meriende”, ha añadido.En este sentido, Peral ha asegurado que la actuación de IAG es un “puro chantaje”, puesto que se escudan en una “demagogia fácil” para poner a la opinión pública en contra de los pilotos, aunque sí han dado su visto bueno a la elección de un mediador independiente que ayude a resolver el conflicto del convenio de trabajadores.Asimismo, los representantes de estos trabajadores de la aerolínea española han advertido que “no se descarta la posibilidad de ir a los tribunales” para justificar su posición. No obstante, según los cálculos de sus abogados, no se obtendría el fallo definitivo hasta dentro de tres o cuatro años, “por lo que no es una prioridad”.RECHAZAN UNA ‘LOW COSTIZACIÓN’ DE IBERIA.El Sepla en Iberia ha insistido en que, con la creación de la nueva ‘low cost’, además de vulnerarse el convenio de trabajadores se da “un paso más” para que Iberia se convierta en la aerolínea de bajo coste del ‘holding’ IAG y para que los vuelos de largo radio de la aerolínea española se trasladen al ‘hub’ de Londres.”Ya ocurrió con Vueling en Barcelona, donde la llegada de la ‘low cost’ se ha traducido en una pérdida de calidad en el tráfico de la Ciudad Condal. Con Iberia Express ocurrirá lo mismo pero en el centro de operaciones de Madrid”, ha señalado Peral, que ha incidido en la pérdida de puestos de trabajo que llevaría aparejada esta actuación y en el fin de la propuesta de convertir la capital española en el centro de distribución “ideal” entre América Latina y Asia.