La evolución del Corredor Mediterráneo ferroviario en 2017 arroja un saldo agridulce: la mejora en comunicación, voluntad e implicación política contrasta con el escaso avance real en las obras de la infraestructura, considerada básica para la competitividad de la economía nacional y la mejora de la vertebración con el resto del territorio de la Unión Europea.”Se están tomando decisiones adecuadas, aunque insuficientes”, alertaron los técnicos Francisco García Calvo y Xavier Lluch en el acto de presentación del segundo chequeo semestral de las obras del Corredor, celebrado en La Encina (Alicante) por la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE, lobby liderado por el naviero Vicente Boluda y Juan Roig), que contó con 160 empresarios, las patronales, cámaras de comercio, representantes de la sociedad civil y la asistencia del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y el de las Cortes Valencianas, Enric Morera.El compromiso del Gobierno central es que en 2020 existan vías de ancho internacional desde la frontera francesa hasta Murcia y, en 2023, hasta Algeciras. El presidente de AVE, Vicente Boluda, advirtió de que “va todo muy muy lento. Esperemos que se acelere el próximo año, clave y fundamental. En 2018, todos los tramos actualmente en estudio -algunos con el estudio por licitar- deberán pasar a fase de licitación o de obras, condición indispensable para que los plazos se cumplan”.Una petición que Boluda admite que choca con una posible prórroga de los Presupuestos Generales del Estado en 2018. “Si no hay nuevos Presupuestos, se va a ralentizar mucho más. Para bien o para mal, lo que no está en los Presupuestos, no existe”, avisó.En esa línea se pronunció Ximo Puig, que pidió que “los Presupuestos Generales de 2018 recojan claramente la apuesta del Gobierno por el Corredor Mediterráneo”.Defensa del diseño europeoEl presidente de AVE destacó que, desde la puesta en marcha, hace ahora un año, del canal de comunicación www.elcorredormediterraneo.com -para ofrecer información real del avance de la infraestructura-, “se ha logrado que el Corredor esté en el epicentro del debate político; liderar opinión; que empresarios y sociedad civil se impliquen y participen de la reivindicación, asistiendo a la multitud de actos que se han organizado, y que haya compromisos políticos, con luces y taquígrafos”. En total, casi 4.000 empresarios han asistido a los distintos actos celebrados en Madrid, La Encina, Tarragona, Murcia y Almería en los últimos meses, y ya son cerca de 65.000 los firmantes de la campaña online #QuieroCorredor.Boluda subrayó que uno de los objetivos de cara a 2018 es “trabajar para que el diseño inicial, el que fue aprobado por Europa, esto es, el que prevé una doble plataforma en ancho internacional -una para pasajeros y otra para mercancías-desde Algeciras a la frontera francesa, se ejecute, para lo que será necesaria más presencia en Europa y un aumento del control sobre las próximas actualizaciones que, desde España y nuestro Gobierno, se eleven a la Unión Europea en relación con esta infraestructura”.Los países que recorre el Corredor –con 3.500 kilómetros desde España hasta Hungría– suman el 54 por ciento de los habitantes y el 66 por ciento del PIB de la UE. En el caso de España, los territorios que atraviesa centran el 45 por ciento del PIB, el 47 por ciento del tejido productivo, el 46 por ciento del empleo y el 51 por ciento de la exportación. Un estudio del Instituto Fraunhofer, de 2015, destaca que por cada euro invertido en el Corredor Mediterráneo, el retorno será de seis euros en aumento del PIB europeo en 2030.”Es justo reconocer que las cosas están cambiando, pero lo que se ha conseguido quedará en nada si el objetivo definitivo, la doble plataforma en ancho internacional no se logra. Los empresarios no pararemos de reivindicar hasta que eso sea así”, concluyó Vicente Boluda.La UE considera esta red como “prioritaria”, por su impacto en productividad, actividad comercial, ahorros energéticos y reducción de emisiones contaminantes. En 2030, el 27 por ciento del transporte de mercancías dentro de la UE debería hacerse por tren.