La Iglesia se solidariza con sus “círculos de silencio” con las muertes en el Estrecho

IAM/Redacción La solidaridad con los que más sufren ha reunido en Algeciras y Tarifa a ciudadanos que se suman al llamamiento de la Diócesis de Cádiz y Ceuta para participar en los denominados ‘círculos de silencio’.

 

 

La iniciativa se extiende a las localidades de Cádiz, Barbate, Conil, Ceuta, Tánger, Tetuán, Melilla y Málaga, en las que, de manera unísona, ha congregado a numerosas personas para rezar y mostrar su solidaridad con las personas refugiadas e inmigrantes.  La convocatoria forma parte de la Mesa Diocesana de Atención y Acogida de Refugiados y ha consistido en la lectura de un manifiesto y la escenificación de un círculo de silencio rodeado de velas.En el manifiesto se recuerda como el pasado 1 de noviembre, “hace hace treinta años, el mar arrojó el cadáver del que se considera el primer migrante muerto en nuestras costas, un joven marroquí de 23 años. Desde esa primera muerte se estima que alrededor de 7.000 personas han perdido la vida en el Estrecho en el intento de llegar a nuestro país. Según la OIM – Organización Internacional para la Migraciones -, dependiente de las Naciones Unidas,  en este 2018 han muerto en el mundo 3.180 migrantes. En el Mediterráneo han perdido la vida 2.040 personas intentando llegar a Europa y, de ellas, 617 han muerto mientras intentaban alcanzar las costas españolas.Después de tres décadas el drama continúa. Las noticias de esta pasada semana son terribles: Se repite, un día y otro, este espeluznante desastre en que tantos jóvenes están perdiendo la vida y enterrando sus sueños en medio de las aguas del Mediterráneo.En la Frontera Sur, una vez más,  estamos de luto. Una y otra orilla lloramos a estos jóvenes fallecidos. Estas trágicas muertes nos llenan de dolor y de angustia y nos sobrecogen el corazón.Nos unimos al sufrimiento de sus familiares y de sus compañeros de viaje que han podido salvarse y elevamos una oración al Dios de la vida y de la paz para que les otorgue el descanso eterno.Estamos ante un drama humano que pone ante nuestros ojos la situación tan desesperada que viven miles de inmigrantes y, al mismo tiempo,  el fracaso más absoluto de las políticas migratorias de España y de la Unión Europea para abordar este fenómeno. Unas políticas que ni impiden que vengan, ni impiden que mueran. Es una vergüenza y clama al cielo, que después de treinta años sigamos lamentando estas muertes en el Estrecho.Es urgente que los ciudadanos reclamemos de nuestros gobernantes otra política migratoria que sea respetuosa con los derechos humanos y que facilite vías seguras y legales para ordenar de manera digna los flujos migratorios en esta Frontera Sur. Solamente si se articula una política que promueva vías seguras y vías legales se van a frenar las tragedias y las muertes en el mar y en las fronteras terrestres.Reclamemos en todos los foros y en todas las plazas, una y otra vez, que se promuevan Vías legales y vías seguras.Finalmente, recordamos las palabras del Papa Francisco ante el Parlamento Europeo en noviembre de 2014: “No se puede tolerar que el mar Mediterráneo se convierta en un gran cementerio. En las barcazas que llegan cotidianamente a las costas europeas hay hombres y mujeres que necesitan  nuestra acogida y ayuda”. Amigos, comienza nuestro tiempo de silencio, de denuncia, de reflexión y de oración”.

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