La historia de Enrico Chiesa

Quizá a muchos aficionados, especialmente a los más jóvenes, el apellido Chiesa les resulte familiar por la irrupción en la élite del fútbol de Federico Chiesa, actual delantero de la Juventus y uno de los jugadores más destacados de la selección italiana en la recientemente conquistada Eurocopa, de hecho el torneo fue de lo más destacado en Iusport gracias a la cantidad de estadísticas y datos que aportó durante la cita continental, sin embargo, fue su padre Enrico el que le pegó “el gusanillo” del fútbol a su hijo desde una edad muy temprana cuando él ya era un delantero con una dilatada trayectoria. 

A pesar de no ser especialmente recordado como una estrella, lo cierto es que la carrera de Chiesa fue muy extensa, concretamente 22 años y más de 200 goles en su casillero en los diez clubes para los que jugó, lo que lo convirtieron en el mejor escudero de muchos delanteros con los que compartió vestuario y siempre ofreció un rendimiento más que óptimo alejado de los focos mediáticos. 

Enrico nació en Génova en 1970 y comenzó su carrera profesional con la Sampdoria en 1988 equipo con el cual estuvo en diferentes periodos, tras pasar por el Teramo Calcio y el Calcio Chieti equipos de la Serie C2. Tras otra temporada en la Sampdoria fichó por el Modena de la Serie B  y luego por el Cremonese. En total jugó 54 partidos con la “Samp” en los que anotó 24 goles, 22 de ellos formando una gran dupla con Roberto Mancini. 

Pero fueron sus años en el Parma quizá los mejores de su carrera y donde por fin se le empezó a reconocer la fama de uno de los delanteros “top” de Italia en aquella época. Con el conjunto de la Emilia-Romaña permaneció durante tres temporadas, disputando un total de 125 partidos y anotando 125 goles. Es recordado no solo porque fue el equipo donde encontró más estabilidad sino que además en su día fue el fichaje más caro de la historia de Italia y el tercero del mundo, el Parma pagó en aquel momento más de 2.000 millones de las antiguas pesetas poco más de 12 millones de euros aunque superado por los fichajes de Ronaldo por el Barcelona y el de Alan Shearer por el Newcastle.

En el Parma formó una gran pareja atacante junto al argentino Hernán Crespo y logró conquistarla Copa Uefa y la Copa de Italia en las que coincidió con jugadores históricos como Gianluigi Buffon o Liliam Thuram formando parte de la mejor etapa de la historia del club. La temporada 98-99 del equipo simplemente es para recordarla. Ganó su segunda Uefa en cuatro años y logró el doblete imponiéndose también en la Copa. 

El Olympique de Marsella fue el rival de los partisanos en la final disputada en el estadio Luzhniki de Moscú. El equipo de Alberto Malesani se impuso por un contundente tres a cero a los franceses y Chiesa coronó su brillante torneo anotando el tercero mediado el segundo tiempo. Concluyó como máximo goleador del la competición con ocho tantos igualado con Kovacevic y Kulawik del Wisla de Cracovia. 

Estaba claro que tenía que disputar un Mundial y su oportunidad le llegó en Francia 98. La selección azzurra se clasificó sin problemas para la segunda fase y tras deshacerse de Noruega en octavos, acabó cayendo contra la anfitriona en cuartos de final en la tanda de penaltis. Antes ya había disputado también la Eurocopa de 1996, es el jugador italiano que más ha marcado con la selección saliendo desde el banquillo con un total de cinco dianas. 

Tras su paso por el Parma su siguiente equipo fue la Fiorentina aunque las continuas lesiones no le permitieron alcanzar su nivel en el primer año y más con una delantera con Batistuta y Mijatovic como acompañantes. Ya en su segundo año le fue mejor y acabó la temporada con 22 goles. Más adelante pasó por la Lazio y el modesto Siena donde llegó a ser capitán Acabó sus días como futbolista con 40 años jugando para el AS Figline hasta el año 2010. Sin duda estamos ante un delantero que marcó una época en el fútbol italiano.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *