IAM/Redacción “Una afrenta a la inteligencia y dignidad de las personas,” según el Viceministro Principal· Nunca hasta ayer se habían sucedido dos días consecutivos sin colas· Al abandonar Gibraltar los inspectores de la CE, vuelven las colas·
En junio, la media de espera máxima volvió a superar los 90 minutos El artículo que hoy publica el diario El Mundo “Observadores en Gibraltar en una frontera irreal” destaca el pensamiento que en el día de ayer circulaba, nunca mejor dicho, por los alrededores de la frontera entre España y Gibraltar: «Debería venir todos los días gente de Bruselas».
El secretario general del PA de Andalucía, Antonio Jesús Ruiz, se manifestó en esta misma línea al destacar la necesidad de impedir que el gobierno español tenga a los, para campogibraltareños como “rehenes de un conflicto ficticio”. Estas declaraciones tienen su origen en que ayer se produjo una circunstancia que nunca había sucedido desde que se registra oficialmente la duración de las colas por parte de la Royal Gibraltar Police: dos jornadas consecutivas sin colas ni de entrada, ni de salida, ni peatonales.
Desde el 1 de septiembre de 2013, solamente los días 1 de enero y 18 de mayo se había podido entrar y salir de Gibraltar sin aguantar esperas, pero que tal hecho, ya de por sí sorprendente, se produzca en dos días seguidos es algo cuyas causas hay que analizar. Sin embargo, el análisis no es complejo: el martes 1 de julio visitó Gibraltar el ministro británico para Europa, David Lidington, y ayer miércoles lo hicieron siete técnicos enviados por la Comisión Europea con el fin de comprobar los avances realizados por los dos gobiernos en la reforma de las instalaciones aduaneras.
La situación de estos dos días contrasta, por ejemplo, con la vivida durante el mes de junio, cuando, el día 11, se batió el récord absoluto de espera para salir del peñón: 317 minutos, 5 horas y cuarto. El mes pasado, de hecho, la media de espera máxima para salir en coche fue de 95 minutos, muy similar a la de meses anteriores: mayo (99), abril (102), marzo (91), febrero (93). Hoy mismo, los conductores que querían salir de Gibraltar pudieron leer en la prensa los ecos de la ausencia de colas de los días anteriores mientras esperaban en sus coches hasta una hora a que la Guardia Civil culminara los controles que le habían indicado que reanudara.
Entretanto, las autoridades españolas, especialmente los señores José Ignacio Landaluce (alcalde de Algeciras y portavoz de la Comisión de Exteriores del Congreso) y Javier de Torre (subdelegado del gobierno en Cádiz), siguen insistiendo en que los controles son irrenunciables, aleatorios y proporcionados y tienen como finalidad limitar el contrabando ilícito. No obstante, tras las visitas oficiales de esta semana a Gibraltar, hay unanimidad sobre el estrangulamiento económico al que el gobierno español somete a los habitantes del Campo de Gibraltar: se ha demostrado más que meridianamente en estos dos días que los controles son políticos y no responden a criterios serios de protección del espacio Schengen.
“El maquillaje de los pasados días es una afrenta a la inteligencia de las personas que a diario sufren las colas y a la dignidad de los cuerpos de vigilancia a ambos lados de la frontera que tratan de desempeñar un trabajo profesional,“ opina Joseph García, Viceministro Principal de Gibraltar.