Para los populares resulta del todo preocupante que la concejal fantasma, como era conocida durante su etapa de Gobierno por sus escasas y etéreas apariciones por sus delegaciones, pretenda a estas alturas dar lecciones de moralidad y transparencia.
Buena prueba de la ineficacia del PSOE y de Arrabal es el hecho que se constató cuando se produjo el traspaso de delegaciones tras los últimos comicios, cuando a la entonces delegada de Igualdad y Bienestar Social tuvieron que montarle un ordenador deprisa y corriendo para no dejar en evidencia sus ausencias ante la preceptiva reunión que debería mantener con su sucesora al frente de la citada delegación.
Nunca iba por los servicios sociales. Un hecho que pone de manifiesto cuál era la atención que Arrabal prestaba a su despacho y a una de esas delegaciones que el PSOE abandera como exclusivamente suya en su afán de abanderar las políticas sociales.Lo único cierto y demostrable es que Rocío Arrabal no cumplió ni cumple con los sueldos que cobra.
