IAM/Unodaqui Tras un verano sabático vuelvo a la carga retomando mis comentarios, en los que ya el titulo del mi blog: Unodaqui.Algeciras, deja claro por donde van mis tiros.
Y vuelvo desde mi habitat natural que es la playa del Rincincillo, mirando hacia el Peñón y a Cepsa, protagonistas de que las aguas de la Bahía de Algeciras hayan bajado negras y turbulentas. Ocurrió que “gracias” a Cepsa más de medio kilómetro de la orilla de la playa del Rinconcillo se tiñeron de negro fruto de un vertido negligente ocurrido en las instalaciones de la refinería. Una vez más a Cepsa se le vio el plumero con relación a la táctica del palo y la zanahoria que emplea.
Así mientras los ciudadanos padecemos el palo constante de que nos envenene el aire que respiramos, de vez en cuando nos pone delante la zanahoria de sus premios, ayuditas vendidas a bombo y platillo como si fueran una panacea, su revista engañabobos, que son autenticas tapabocas, sin olvidarnos de lo “bien pagá” que están los medios de comunicación que pregonan sus iniciativas y silencian o enmascaran sus graves agresiones medioambientales. Pasando de lo negritud a turbulencia o conflictividad de las aguas de la Bahía de Algeciras, la responsabilidad hay que colgarla en el gancho de los hijos putativos de la Gran Bretaña que son los yanitos (ver definición), comenzando por Picardo el antiespañol nieto de una española que los lidera, que tras tres meses de tranquilidad en las conflictivas aguas, las ha alborotado, mandando a sus lanchas a expulsar un pesquero de La Línea, y además haciendo gala de su gran cinismo y chulería tras se reo se erige en víctima