Coordinadora TPA alerta del grave deterioro en la operativa portuaria por una mala gestión de la APBA, que ha derivado en colapsos, descoordinación y situaciones de riesgo para los empleados
El clima laboral en el puerto de Algeciras atraviesa uno de sus momentos más tensos de los últimos tiempos, justamente coincidiendo con la época de mayor trasiego de pasajeros por sus instalaciones. Los trabajadores de los controles denuncian un escenario de creciente desorganización, falta de comunicación y riesgo físico, generado por los cambios introducidos recientemente por la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras (APBA).
A nuestro entedner, el origen del conflicto parte de una información errónea difundida por la propia APBA, que exige presentarse con seis horas de antelación para todos los embarques, cuando en realidad solo es aplicable a la línea Algeciras–Tánger Med, siendo de solo dos horas para la ruta Algeciras–Ceuta. Esta confusión ha provocado aglomeraciones, colapsos en accesos y largas colas para cambiar billetes.
La situación se ha agravado con comportamientos hostiles por parte de pasajeros que, al recibir negativas en los controles, ignoran las normas, acceden sin autorización y exigen cambios de billete directamente a las navieras. Esta dinámica, unida a la ausencia de directrices claras, ha desembocado en episodios de violencia, incluido un reciente intento de agresión física a un empleado de uno de los puntos de verificación de billetes.
Además, los trabajadores señalan que la apertura del carril trasero como segundo punto de control ha supuesto un bloqueo al acceso del personal al aparcamiento, lo que impide a muchos llegar puntuales a sus puestos. Ante ello, han propuesto habilitar un carril alternativo para el personal, sacrificando parte del área de preembarque.
La aplicación arbitraria de los protocolos en horas punta —permitiendo el paso a vehículos sin billete cerrado— ha generado una sensación de descontrol e injusticia, alimentando el malestar entre trabajadores y usuarios.
A este contexto se suma el aumento de actividades ilegales por parte de los denominados “chipichangas”, que operan sin autorización en los alrededores del puerto, aprovechando el caos para cometer abusos y fraudes.
Desde Coordinadora insistimos en que estas prácticas ponen en riesgo, tanto la seguridad del recinto como la imagen del enclave algecireño y denuncian que sus reiteradas advertencias no han sido atendidas por la APBA.
A estas prácticas se han sumado las quejas de empleados de las propias navieras, que alertan de una situación límite en los mostradores habilitados para la venta y modificación de billetes. La afluencia masiva de usuarios, desviados desde los controles de acceso por no cumplir con los requisitos de fecha y hora, está desbordando estos puntos de atención.
Los trabajadores aseguran que no pueden asumir la carga de trabajo que supone gestionar de forma simultánea la atención al público y el reajuste constante de billetes. Esta sobrecarga, explican, genera largas colas, un ambiente de estrés continuo y una notable caída en la calidad del servicio.
Desde el personal se advierte que la presión está afectando al ritmo operativo y a la imagen que se proyecta al usuario, sumando un nuevo factor al colapso generalizado que sufre el puerto en plena temporada de tránsito intenso.
Desde Coordinadora insistimos en que estas prácticas ponen en riesgo, tanto la seguridad del recinto como la imagen del enclave algecireño y denuncian que sus reiteradas advertencias no han sido atendidas por la APBA.
Sobre Coordinadora TPA
Desde su fundación en 2009, la organización se ha convertido en referencia sindical en la lucha obrera de los puertos de Andalucía, con especial incidencia en la actividad del puerto de la bahía de Algeciras, donde ostenta la mayoría de representación en los distintos sectores profesionales, salvo de los estibadores portuarios.
Se trata de un sindicato democrático confeccionado para luchar por la defensa de los intereses profesionales, económicos y sociales de los trabajadores y trabajadoras que en los últimos años han sido partícipes de su crecimiento, logrando la mayoría representativa en sectores como el amarre, el remolque, en empresas estibadoras, de consignación, de transporte, autoridades portuarias y administración pública, sin olvidar aquellas actividades económicas que intervienen en el transporte marítimo.
Desde la dársena del Estrecho, el colectivo se ha expandido hacia otros puertos como Málaga o Huelva, lo que dio pie a que, en 2017, se modificaran los estatutos en asamblea para pasar a contar con la denominación actual de Coordinadora de los Trabajadores de los Puertos Andaluces.