La embarcación puede alcanzar una velocidad máxima de 60 nudos y tiene un casco reforzado para resistir las embestidas de los barcos de los narcos. Interior ha encargado ocho de estos buques
El Ministerio del Interior, especialmente tras los tristes acontecimientos del pasado febrero, en Barbate (Cádiz), está decidido a fortalecer las capacidades de la Guardia Civil en cuanto a la lucha contra el narcotráfico se refiere, sobre todo en el Estrecho de Gibraltar. En este marco, el Servicio Marítimo de la Benemérita (Semar) ha recibido una nueva embarcación con la que perseguir a los narcos que, con el fin de delinquir, llegan hasta las costas gaditanas provenientes de Marruecos.
Se trata de la patrullera interceptora Río Iro, el tercero de los buques que el astillero gallego Aister ha construido para su despliegue por parte del instituto armado en base a su diseño HS60. Las dos primeras unidades de este modelo, la Río Flumen y la Río Corneja, ya están operativas en las localidades de Algeciras y Huelva, respectivamente. Estos barcos han demostrado ser herramientas cruciales en la persecución y detención de narcolanchas, una amenaza constante en las aguas del sur de España.
La Río Iro, al igual que sus predecesoras, es una patrullera diseñada para alcanzar una velocidad máxima de 60 nudos, equivalentes a unos 111 kilómetros por hora. Con una eslora de 18 metros y una manga de 4,5 metros, esta embarcación incorpora dos motores intraborda MAN de 1.800 caballos de potencia cada uno, que accionan dos waterjets Hamilton, permitiéndole maniobrar con gran precisión y rapidez.
Además, la patrullera cuenta con un puente interior y otro exterior, ambos con visibilidad de 360 grados, lo que facilita la supervisión y el control durante las operaciones. De igual manera, está equipada con tecnología avanzada, incluyendo un sistema optrónico EO/IR, radar de navegación, mapa digital, y un sistema de control que simplifica las maniobras de atraque y la navegación en puerto.
Diseñada para alojar a una tripulación de cuatro personas, con la capacidad de acomodar una quinta en caso de necesidad, la Río Iro también está preparada para misiones prolongadas gracias a sus camarotes y una cocina equipada para largas navegaciones. Los asientos anti shock, presentes para cada tripulante, garantizan comodidad y seguridad incluso en las maniobras más exigentes.
El modelo de embarcaciones a HS60 de Aister está específicamente adaptado para enfrentar a las narcolanchas, embarcaciones rápidas y peligrosas utilizadas en el tráfico ilícito de drogas. Por esta razón, su casco de aluminio de la ha sido reforzado para resistir las maniobras de embestida, una táctica comúnmente empleada por estas lanchas durante las persecuciones.
La velocidad y maniobrabilidad de las patrulleras desarrolladas por la firma gallega permiten a la Guardia Civil responder con mayor eficacia a las amenazas marítimas, asegurando que puedan alcanzar y neutralizar las narcolanchas antes de que logren escapar. Asimismo, su equipamiento avanzado de navegación y control, junto con la capacidad de realizar operaciones prolongadas, la convierte en una herramienta indispensable en la estrategia de seguridad marítima del país.
En este sentido, según destaca su fabricante, el modelo HS60 representa un avance significativo en el diseño de interceptoras de alta velocidad. Desde la entrega de las primeras unidades, Aister ha ido incorporando mejoras progresivas basadas en los resultados operativos y las necesidades específicas de la Guardia Civil. Así, la experiencia adquirida con las patrulleras Río Flumen y Río Corneja ha sido crucial para optimizar las prestaciones de la Río Iro; por ejemplo se han implementado actualizaciones en el sistema de propulsión y en los controles de navegación, lo que ha permitido a la HS60 superar con creces las expectativas iniciales de rendimiento y seguridad.
La entrega de la Río Iro y sus predecesoras subraya la importancia de la colaboración continua entre Aister y la Guardia Civil. Desde 2021, ambas entidades han trabajado estrechamente a través de contratos que contemplan la fabricación y entrega de hasta ocho patrulleras. Esta alianza no solo refuerza la capacidad operativa del Servicio Marítimo, sino que también pone de manifiesto las capacidades de la industria naval española.