Ayer, 13 de junio, los vecinos del Rinconcillo amanecieron con una desagradable sorpresa: el avance de unas obras hizo que, sin previo aviso, muchos residentes se encontraran con calles cortadas y el acceso a sus viviendas restringido, impidiéndoles salir o entrar con sus vehículos. Esta situación, además de generar frustración, ha puesto de manifiesto una preocupante falta de planificación y sensibilidad por parte de quienes gestionan estas actuaciones.No se trata de estar en contra del progreso de las obras o de la mejora de las infraestructuras del barrio. Al contrario, cualquier acción que busque mejorar la calidad de vida de los ciudadanos es bienvenida. Pero hacerlo sin informar, sin dar margen para la organización familiar y laboral de los vecinos, es un error que no puede pasarse por alto. ¿Tan difícil es informar adecuadamente con antelación o emitir un comunicado en los canales municipales?En muchos casos, las personas afectadas no pudieron sacar sus coches, lo que debía ser una jornada normal se convirtió en un caos innecesario. La sensación de impotencia e indignación fue generalizada.Cabe agradecer la disposición de los trabajadores, que en todo momento han mostrado su ayuda y buena voluntad hacia los vecinos, a pesar de no tener responsabilidad alguna en la falta de comunicación por parte de las autoridades.Es fundamental que las autoridades tomen nota de este episodio. La ciudadanía merece respeto y consideración. Actuar sin informar no solo genera malestar, también erosiona la confianza en quienes tienen la responsabilidad de gestionar el bienestar colectivo.La improvisación en la ejecución de estas obras demuestra una vez más la desconexión entre las autoridades y la realidad diaria de los ciudadanos. Esperamos que no se repita, porque merecemos respeto y previsión, no bloqueos inesperados.
2 respuestas
Se puede entrar y salir por la calle cabo Aguas
Es una pena que algunos proyectos se vean deslucidos por la falta de empatía e información hacia los vecinos por parte de los máximos responsables.
Claro que hay entradas y salidas, independientemente de los rodeos que haya que dar, pero algunos vecinos no pudieron acceder a estas por encontrarse, literalmente, con vallas delante de sus puertas.