La comparsa de Rafael Velasco y Daniel López, cuyo grupo se divide entre Los Barrios y Algeciras, ha vuelto al Falla después de un año de ausencia con una osada propuesta. A modo de alegoría sobre la fiesta gaditana, son una especie que se alimenta de coplas de carnaval.
Tantos riesgos asumen en el pase de preliminares que dedican la primera letra a un familiar. Tal y como informa La Voz de Cádiz, en realidad, todo el repertorio tiene un cariz altamente confesional. La melodía de pasodoble tal vez incurre en lo repetitivo, pero está tan bien cantado y tiene tanta delicadeza que se deja escuchar con la sonrisa puesta.
La segunda letra tiene como motivo temático un tema poco tratado: el estigma de un enfermo de cáncer, que se enfrenta a leyes que hasta le niegan la hipoteca por su afección. ‘Momosapiens’ cuenta con un repertorio introspectivo dominado, suponemos que a conciencia, por los graves en un conjunto vocal envolvente.
Los cuplés nos despiertan de la inmersiva experiencia. Bien desarrollados y con golpes certeros, el primero es una letra a ‘La oveja negra’, la comparsa de Martínez Ares, y el segundo está dedicado a su niño, que es youtuber. Estribillo de hermosa melodía.
El popurrí tiene una motivación metacarnavalesca. Arrancan con una declaración de amor a la fiesta. En el ecuador, queda como una isla su particular reflexión sobre la humanidad. A pesar de los altibajos del repertorio, es un gran pase.
