La teniente de alcalde delegada de Cultura, Pilar Pintor, ha informado que este fin de semana el XVII Congreso Nacional de Numismática que se está celebrando en Pontevedra ha acogido la presentación del estudio “De Iulia Traducta a al-Bunayya (Algeciras). La exposición tiene al frente al especialista Urbano López y a los directores del proyecto de investigación de la ciudad, el arqueólogo municipal Rafael Jiménez-Camino, y el catedrático de Arqueología de la Universidad de Cádiz, Darío Bernal-Casasola.
Pintor ha puesto de manifiesto su satisfacción por el resultado de las investigaciones que se están llevando a cabo en los fondos del Museo municipal de Algeciras, “unas investigaciones cuyos resultados ponen a nuestra ciudad y nuestra historia en los más reconocidos foros de análisis histórico”, ha asegurado.
La base del estudio lo forman el centenar de monedas que han sido documentadas en las intervenciones arqueológicas ejecutadas en la Villa Vieja de Algeciras. En este lugar se desarrolló la ciudad romana, entre los siglos I a.C. y VIII d.C.., y la medina islámica que fundaron los meriníes a finales del siglo XIII y que luego fue conquistada por la corona castellana en el XIV.
La mayoría de las monedas pertenecen al período romano del que se han contabilizado doce emisiones hispanas, cinco del Alto Imperio, cincuenta y siete del Bajo Imperio y siete de la Antigüedad Tardía. La mayoría de las de época medieval son de la Conquista Islámica, momento en el que se abandonó definitivamente la ciudad de Traducta y se trasladó la población al otro lado del río de la Miel, en el actual barrio de San Isidro, donde los árabes fundaron la ciudad-campamento de al-Yazira al-Jadra. El resto son mayoritariamente del reinado de Alfonso XI, el conquistador de la ciudad.
Como curiosidad, se ha documentado un Quartaro de la República de Génova. Sabemos por las fuentes de archivo que entre los siglos XIII y XIV había una calle de Génova junto al alcázar y la muralla de al-Bunayya, prueba de la instalación de comerciantes italianos en la ciudad aprovechando la reapertura del Estrecho al comercio cristiano.