El equipo algecireño de balonmano ha puesto el broche de oro a la temporada al ganar a Montequinto por 10 goles de diferencia (38-28). El encuentro fue una fiesta desde el principio, pues Jesús Rioja recibió un merecidísimo homenaje por su trayectoria en el club.
Con los deberes hechos desde la semana pasada, el Algeciras afrontaba un partido plácido, con el objetivo de ofrecer una gran victoria a la afición, y vaya si lo consiguió. Y eso que no comenzaron demasiado bien las cosas para el equipo de casa, que salió a la cancha un tanto relajado, sobre todo en defensa.
Un 0-3 de parcial obligó a José Doblas a pedir tiempo muerto cuando a penas corrían 5 minutos de partido. Tras él, gran reacción de los algecireños, que apretaron en defensa con Antonio Ledesma en el avanzado. Poco tardaron los rojinegros en dar un vuelco en el luminoso… a la intensidad defensiva se le unió el ataque que, una y otra vez, terminaba con lanzamientos desde los extremos. En esta faceta hay que destacar a Salva Aguera, que se mostró implacable durante todo el encuentro, haciendo tantos goles como lanzamientos realizó: 6.
La floja defensa de la que ha hecho gale el Montequinto durante toda la temporada salió a relucir y al juego de los extremos se le unieron las constantes conexiones fáciles entre central y pivote.
Así las cosas, se llegó al descanso con una renta de 6 goles favorable al conjunto algecireño. Y como es inevitable, el equipo que no se jugaba nada, que era el Algeciras, salió dormido en la segunda mitad. De nuevo un 0-3 de parcial y, otra vez, tiempo muerto de Doblas que sirvió para reactivar a los suyos.
Minutos para los menos habituales, incluido Cabezón (portero juvenil), y estos los aprovecharon perfectamente para destrozar una defensa en continuo desajuste.
Al final, 10 arriba y emotiva ovación para Jesús Rioja, jugador que representa mejor que nadie los valores de este gran club. Gracias por todo y hasta siempre.
