La pesca afronta una semana de alta tensión por las cuotas, brexit y la OMC

El Consejo de Ministros de la Unión Europea (UE) que decide las capturas marca cada diciembre un fin de año agitado para la gente del mar, pero en esta ocasión suma complicaciones políticas, como el divorcio con el Reino Unido.

Un broche al año del coronavirus, cuyo impacto se reflejará en la facturación de las empresas pesqueras.

LA NEGOCIACIÓN DE LAS CUOTAS

Los ministros de Agricultura y Pesca de la UE se reunirán los próximos 15 y 16 para pactar los Totales Admisibles de Capturas (TAC) en su tradicional cita de fin de año, conocida por acuerdos a altas horas de la madrugada.

Los TAC regulan la pesca del Atlántico, pero esta vez también entrará en juego el plan para la recuperación de la pesca en el Mediterráneo y una reducción de días en el mar muy criticada por los pescadores.

España buscará unas cuotas más favorables para su flota atlántica, frente a las propuestas por la Comisión Europea (CE), que plantean recortes en especies como la merluza (-13 %), el gallo o la cigala en aguas del Cantábrico, Galicia o golfo de Cádiz.

Por otra parte, España rechaza y tratará de suavizar el proyecto de la CE para recortar un 15 % los días de faena en aguas del Mediterráneo, para especies demersales (merluza o gambas).

Pero la negociación de los TAC es singular porque de entrada la CE dejó abiertos los cupos para especies en aguas del norte (Escocia, Irlanda o Gran Sol), a la espera de las negociaciones del brexit.

La UE y el Reino Unido comparten cien pesquerías y el período transitorio para el divorcio se acaba el 1 de enero; los navíos comunitarios desconocen aún si van a poder seguir faenando en aguas británicas y cómo.

ÚLTIMO MINUTO SOBRE EL BREXIT

La pesca ha adquirido protagonismo por ser uno de los asuntos más emocionales y difíciles de las conversaciones entre Bruselas y Londres sobre el brexit, cuyo futuro se sabrá este domingo.

La presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, ha recalcado que las posiciones siguen distanciadas.

El Reino Unido aspira a controlar sus aguas, pero la UE reivindica mantener para su flota el acceso a esos caladeros, donde han faenado durante décadas o “siglos”, tal y como ha subrayado Von der Leyen.

Ante una falta de consenso, la CE ha publicado medidas de contingencia, como un marco legal que permitiría a los pescadores comunitarios y británicos el acceso mutuo a sus respectivas aguas hasta el 31 de diciembre de 2021 o hasta que exista un compromiso pesquero.

Pero cabe la posibilidad de que el Reino Unido rompa sus lazos con la UE el 31 de diciembre.

NEGOCIACIONES MUNDIALES EN GINEBRA

Por otra parte, la Organización Mundial del Comercio (OMC) mantiene en Ginebra sus negociaciones para regular los subsidios a la pesca, con el objetivo de cerrar una acuerdo en 2020 y dar una señal a la comunidad internacional, en favor de los océanos.

La OMC informará esta semana sobre el estado de los trabajos.

El objetivo de estas discusiones, iniciadas en 2001, es limitar aquellos apoyos “ilegales” o que añaden presión a la explotación marina.

Para los armadores, es preocupante el impacto de un acuerdo en las ayudas al gasóleo o a la modernización de buques.

NAVIDAD INCIERTA

La flota, los acuicultores, las conserveras y las pescaderías afrontan estas fechas prenavideñas con incertidumbre por el impacto de las restricciones sociales a causa de la pandemia de coronavirus y la situación económica de los ciudadanos.

La Navidad es crucial para la facturación del sector, que en diciembre obtiene un 10 % o 15 % de sus ingresos anuales. 

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