Landaluce en rueda de prensa recordó que cuando el PSOE empezó a gobernar en su segunda etapa en democracia, la deuda municipal se cifraba en 90 millones de euros. Ahora con el avance del cierre de presupuestos de 2009 a 31 de diciembre, el déficit municipal supera los 200 millones de euros. Esto supone un endeudamiento de 5.000 millones de pesetas sólo en 2009. No nos parece moral ni democrático que se entrampen y que sean las siguientes corporaciones municipales las que deban afrontar los pagos. No están pagando nada y todo lo están posponiendo, para que sean otros los que apechuguen con una mala gestión.
En este sentido Landaluce explicó que los planes de saneamiento de Herrera siguen fallando y cada año las cuentas se desequilibran un poco más y crece el endeudamiento. Sólo el año pasado las obligaciones de pago con distintos proveedores ascendieron a 38 millones de euros. Así se explica que cada día menos proveedores quieran servir al Ayuntamiento y que tengamos problemas con el tóner de las fotocopiadoras, la rehabilitación del teatro Florida o los retrasos de la nueva Jefatura de la Policía Local.
Respecto a Urbaser Landaluce siguió señalando que se cerró en su día con una auditoría, después de que el PSOE empezara a gobernar y luego se volvió a reabrir para aumentar esa cantidad. Pero ese dinero, que se debía de un montón de años de gestión de la limpieza, es similar a la deuda contraída con los proveedores en sólo un año.
Uno de los caballos de batalla del PP son los más de 12.000 decretos de Alcaldía de 2010 y 2009, de los que la mayoría son de contenido económico que faltan por notificar.
Paralelamente, desde el PP se denuncia que se siguen contrayendo gastos superfluos y suntuarios. Por ello nos tememos que entre esos decretos de Alcaldía hay mucho oculto de despilfarro, sino no se entiende ese ocultismo.
El voto negativo a los presupuestos del 2010 por parte de los populares quedó ayer confirmado y criticó la tardanza en su elaboración con lo que entrarán en vigor a mitad de año según el PP la crítica no se ciñe a una cuestión legal o formal, sino porque la ausencia de presupuestos y cuentas fiables hace imposible cualquier tipo de fiscalización o control de gasto. Desde el PP se aduce que esta falta de control supone que, en la práctica, el Ayuntamiento trabaja con un presupuesto abierto todo el año. Así es difícil llevar una política de control de gasto o seguimiento de medidas de saneamiento.Herrera apuntó hace unos días que el 60% de los 180 millones de deuda corresponden a deuda financiera y el resto es con proveedores cuya cifra asciende a 89.500.000 euros, frente a los 74.500.000 euros de 2009.