Como todos saben -declaraba el edil- este es un antiguo proyecto por todos deseado, para que diera solución urbanística a toda la parte baja del Río de la Miel, aquel que, desde antiguo, se había convertido en el colector de cientos de alcantarillas de la ciudad, hasta ser finalmente encauzado y cubierto, allá por los años 70, como manera de evitar sus malos olores, los molestos mosquitos y demás inconvenientes sanitarios que venía provocando.
Era una obra necesaria pero este no es el proyecto que para el Río de la Miel tenía previsto el Partido Popular, ni entiende el PP por que este proyecto no se corresponde con el original, sino que es como un remedo del mismo.
El resultado final, continua Bernabé Ramírez, es el que los algecireños pueden comprobar, un Paseo sin color, falto de verdor, con sólo 32 palmeras, para una zona tan tórrida que hará insoportable sentarse en sus bancadas en primavera o verano, en definitiva, un paseo muy poco acogedor. Además, el mal trazado de las rasantes no logra la armonía en las líneas del trazado, no permite un acceso cómodo, la ausencia de la rotonda que debería coronar el pequeño Parque, uniéndolo a la Avenida Virgen del Carmen, ha quedado sin hacer.
Y no podemos decir que los resultados urbanísticos sean mínimamente exitosos, pues no han logrado incorporar las calles Aníbal, Méndez Núñez o Catalanes, accesos al Patio del Coral, la zona alta de la antigua Villa , ni de estas con el acceso peatonal al Puerto.
El concejal quiere dejar claro que nada tiene que ver esta obra con el proyecto que pudo ser y que quedó a medias, como todo lo que hace Herrera.
Han quedado desconectados la nueva estación de ferrocarril de Adif, ha hay ninguna conexión con el proyecto del Llano Amarillo, la plaza del Río de la Miel no tiene ninguna relación de continuidad con el gran proyecto del Acceso Sur. Este es el proyecto que debería ser y que no lo será, pues la segunda fase, de la que habla Herrera, no tiene consignación en el erario ni fecha en el calendario.
Además, continua el concejal del PP, no se ha creado ninguna actividad comercial definitiva, que cree puestos de trabajo fijos y que hagan del conjunto una unidad atrayente para el esparcimiento y el ocio de la ciudadanía, actividad comercial que podría revitalizar la zona, tan castigada por los gobiernos últimos de los socialistas.
Y por último -concluye- recordar que cinco millones, que pronto deberemos comenzar a pagar todos los ciudadanos, casi mil millones de las antiguas pesetas, no se ven justificados por la mala calidad de los materiales. Pronto habrá que levantar los suelos.